Fiesta, shock, llanto, suspenso y alivio en la Eurocopa

La gente celebraba su retorno a las tribunas en el estadio de Copenhague. Los jugadores de las selecciones de Dinamarca y Finlandia se mostraban entusiastas en la cancha para su debut en la Eurocopa de la pandemia. Rostros felices, sin barbijos y con cerveza en las graderías daban un marco distinto a la fiesta futbolística. Después de meses de dolor por el coronavirus, al fin un partido de selecciones con 16.000 espectadores, destacaban los relatores deportivos.
Dinamarca, en su inicio como local, era un aluvión en la primera parte del partido, a la cabeza de su centrocampista y goleador de 29 años, Christian Eriksen, figura también del Inter de Italia. Atacaba sin piedad a Finlandia, que se aferraba al 0-0.
Minuto 43 del partido, Eriksen intenta recibir la pelota en un saque lateral de la zona ofensiva de Dinamarca. De pronto comienza a desvanecerse y cae fulminado en la cancha. Shock en el estadio y en el mundo del fútbol.
Lloran los jugadores daneses, lloran sus rivales finlandeses. Se agitan los médicos en la cancha para intentar reanimarlo. Se levanta un muro de futbolistas para cubrir de las cámaras al cuerpo de Ericksen, mientras recibe auxilio médico de emergencia. Las cámaras televisivas respetan el drama, la angustia y la desesperación de futbolistas, entrenadores, árbitros y asistentes del campo de juego. No muestran el cuerpo del deportista fulminado. Lloran y rezan los jugadores, lloran y se agarran la cabeza los espectadores.
El público aplaude para animar a Eriksen. Pasan los minutos. Son eternos. Hay silencio y conmoción. Una familiar del futbolista recibe el consuelo de dos de sus compañeros. Los organizadores del juego anuncian la suspensión. Se retiran de la cancha los jugadores finlandeses con el rostro desencajado. La gente espera en las tribunas una señal de esperanza, que aparece 20 minutos después cuando los médicos levantan el pulgar. El público celebra y aplaude en las tribunas. Ericksen es retirado en camilla, cubierto y arropado por sus compañeros daneses.
Se esperan noticias buenas, que llegan cuando una foto que muestra al jugador con oxígeno y consciente se hace viral. La gente sigue en el estadio de Copenhague y en los parlantes una voz confirma que ha sido llevado a un hospital tras ser reanimado. Una hora después se anuncia en el estadio que el deportista ha sido estabilizado. Aplausos otra vez para la estrella danesa, que ya fue antes a dos mundiales. El primero en 2010, a sus 18 años, siendo el más joven de su selección. El segundo en 2018, cuando la llevó a los octavos de final en Rusia.