La educación, ¿es un motor para la región?


Docente y poeta
No cabe duda que Santa Cruz de la Sierra representa, hoy en día, el motor del desarrollo económico del país: las estadísticas y la migración hacia estas tierras, en busca de mejores oportunidades; además de la diversidad de exportaciones y un ambiente propicio para las inversiones, la han convertido en una suerte de paraíso ya consolidado, habiéndose establecido como el centro comercial e industrial del país.
Sin embargo, a pesar de esos datos alentadores y ese posicionamiento indiscutible, ¿será posible trasladar, tan importante avance a otras áreas del desarrollo, como la cultura ciudadana y la educación?
Sabemos que para hablar de desarrollo debemos alcanzar niveles óptimos en educación; pues ésta constituye la herramienta fundamental para reducir la pobreza, las brechas digitales y alcanzar la igualdad e inclusión social. Para ello, es menester contar con iniciativas privadas y políticas públicas que acompañen estos procesos; caso contrario, estaríamos hablando sólo de crecimiento económico y no así de desarrollo integral.
A nivel privado, se han gestado algunas iniciativas importantes que buscan generar lazos y brindar oportunidades a los estudiantes que apuntan a alcanzar becas y ser parte de una educación global; sin embargo, son escasas e incipientes.
Desde el Estado y los distintos niveles de gobierno, la situación es mucho más crítica, puesto que contamos con un ministerio (así, en minúscula) cuyo principal propósito es asfixiar propuestas educativas y ejercer un control burocrático sobre Unidades Educativas, cuerpo docente y prácticas estudiantiles, haciendo insostenible el ejercicio de los procesos educativos; politizando y dividiendo al magisterio; y dejando de lado aspectos fundamentales como la renovación de las normales, un currículo que responda a las exigencias universales y globales, a partir de las necesidades locales y regionales, propiciar la libertad docente para desarrollar propuestas educativas que posibiliten potenciar el pensamiento crítico, la creatividad y la investigación…y un largo etcétera.

Bajo este contexto adverso, y mientras la educación siga siendo un capricho de los gobernantes de turno y una banderita para conseguir votos y adeptos, no habremos podido equiparar nuestros índices de desarrollo económico con los que conciernen a lo cultural y social, convirtiéndose en una problemática que debe empezar a resolverse a partir de iniciativas institucionales y privadas, que apunten a revertir el estancamiento de nuestros procesos pedagógicos. Es necesario que los actores principales de la educación empiecen a generar investigaciones que nos den un diagnóstico y pautas del estado actual de la misma; y a partir de ahí, posicionar en la agenda social, estrategias serias y permanentes para cambiar la situación precaria en la que nos encontramos.
Al educador comprometido que, mira más allá de su practica áulica, le queda tejer redes con otros profesionales y dar pie a iniciativas que salgan de los esquemas gubernamentales tediosos y burocráticos para poder articular la escuela con los espacios culturales, patrimoniales, naturales, desde el autoconocimiento, el liderazgo, la riqueza cultural, la trayectoria, los desafíos e intereses de la comunidad educativa y para entender que, sin educación, las ciudades tienen un progreso significativamente inferior y limitado; no solo en lo social; sino también, en lo económico y la calidad de vida de sus habitantes. Todo representa una sinergia que debe encaminarse hacia un mismo fin: el desarrollo sostenible local y global.
Y como bien escribió, la investigadora, poeta, gestora cultural y educadora, Claudia Vaca, en el manual Profes Fuera de la Caja, “la intención es salir de la caja mental, romper paradigmas; salir del aula, de la escuela hacia la ciudad, recuperar el sentido de la educación. Recordarnos a todos que estar educado es más que estar escolarizado, es más que formar parte de la estadística de un gobierno, estar educado (como profe, estudiante, familia y sociedad) es volverse un motor de conciencia en la historia de una sociedad”.