El Fondo Monetario Internacional (FMI) encendió las alarmas sobre la situación económica de Bolivia. En su último informe publicado en su página oficial, la Consulta del Artículo IV, el organismo multilateral advirtió sobre el creciente déficit fiscal, la caída de las reservas internacionales y la necesidad de cambios inmediatos en la política económica del país.
Crecimiento económico en declive
Según el FMI, el crecimiento de la economía boliviana se frenó al 2,1% en los primeros nueve meses de 2024. La baja producción de gas, la desaceleración en el sector servicios, los efectos del fenómeno de El Niño sobre los cultivos de soya y los bloqueos de carreteras afectaron el desempeño general. A eso se suma la escasez de divisas y combustibles, lo que agravó las restricciones sobre la actividad económica.
Inflación en aumento
La inflación llegó al 10% a finales del año pasado, el nivel más alto en más de una década. El aumento de precios se explica por mayores costos de importación, la caída en la producción agrícola y las interrupciones en la cadena de suministros. Aunque el desempleo ha bajado, el subempleo va en aumento y los ingresos reales han perdido poder adquisitivo.
Déficit fiscal y deuda pública
El déficit fiscal también preocupa. En 2023 y 2024 superó el 10% del PIB, impulsado por la caída de ingresos provenientes de los hidrocarburos, exenciones tributarias, un mayor gasto en bonos sociales y el incremento de los pagos por deuda. Gran parte de ese déficit se financió con recursos del Banco Central, en un contexto de acceso limitado al financiamiento externo. La deuda pública total ya ronda el 95% del PIB.
Recomendaciones del FMI
El FMI advirtió que el modelo actual no es sostenible. El anclaje del tipo de cambio, en un contexto de reservas internacionales muy reducidas, exige un giro urgente en la política monetaria. El organismo recomendó permitir mayor flexibilidad cambiaria y realinear el tipo de cambio con los fundamentos del mercado.
Además, sugirió una estrategia de consolidación fiscal que incluya la reducción gradual de los subsidios a los combustibles, la mejora en la calidad del gasto público, el control del crecimiento en la masa salarial del Estado y una mejor recaudación de impuestos. También remarcó que cualquier ajuste debe proteger a los sectores más vulnerables mediante políticas sociales bien focalizadas.
Proyecciones para 2025
El FMI proyecta para 2025 un crecimiento económico de apenas 1,1%, el más bajo de la región, y una inflación del 15,1%, más del doble de la meta oficial del gobierno.
Conclusión
Los directores del FMI coincidieron en que, de no tomarse medidas, el país podría enfrentar un ajuste más brusco y doloroso. El organismo reiteró su disposición a apoyar a Bolivia en este proceso con asesoría técnica y asistencia, si el gobierno lo solicita.