Naciones Unidas, 11 jul (EFE).- La población del mundo alcanzará en este siglo su 'pico' máximo, en torno al año 2080, y luego comenzará a declinar, hasta el punto de que en 2100 habrá perdido 700 millones de habitantes, un declive del 6 %.
En su informe 'Perspectivas de la población mundial 2024', elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, la ONU calcula que los 8.200 millones de habitantes del planeta en la actualidad irán creciendo hasta un máximo de 10.300 millones, y ese será el 'pico' máximo antes de empezar a caer.
Las razones de ese descenso poblacional relativamente próximo son varias, pero entre todas ellas destaca la baja natalidad de las mayores economías del mundo, especialmente la de China -donde la tasa de fertilidad es menor que 1,4 hijos por mujer-.
De media, las mujeres del mundo tienen hoy un hijo menos por mujer en edad fértil que los que tenían en 1990.
Otras razones tienen que ver con el descenso de la tasa de mortalidad y una mayor esperanza de vida, que tras la epidemia de la covid-19 ha vuelto a subir hasta los 73,3 años. Se calcula que a fines de la década de los 50 más de la mitad de la población morirá ya pasados los 80 años.
En general, una población más baja es una buena noticia, pues significa "una presión ecológica más baja del impacto humano debida a un consumo agregado más reducido", señaló Li Junhua, subsecretario general de asuntos económicos y sociales.
El 'pico' poblacional ya se ha alcanzado en 63 países, casi todos del llamado 'mundo desarrollado', entre ellos China, Alemania, Rusia y Japón, y en ellos se espera una reducción neta de población del 14 %; en otro grupo de países donde destacan Brasil e Irán, ese 'pico' se producirá entre ahora y 2054; finalmente, en los 126 restantes ese pico no llegará hasta la segunda mitad del siglo.
En este último grupo de países que van a seguir creciendo en población durante décadas están India, Pakistán, Indonesia, Nigeria y -curiosamente- Estados Unidos.
En 50 países del mundo, va a ser la emigración la que atenuará los efectos de una población en declive y cada vez más anciana: la llegada de emigrantes aumentará la natalidad y rejuvenecerá levemente la edad media de la población.
A finales de la próxima década de los setenta, habrá en el mundo más personas mayores de 65 años que las menores de 18, y mayor número de ancianos (de más de 80) que de lactantes menores de un año.