La candidata a la presidencia por Morena y alcaldesa de El Alto, Eva Copa, también participó del encuentro convocado por Marcelo Claure en Estados Unidos y fue directa al momento de afirmar que ella no se convirtió en traidora, opositora o vendida, como algunas personas la han querido hacer ver en las redes sociales, solo por sentarse a conversar sobre los problemas del país.
“No me arrepiento de haber ido a Harvard. Sentarme en una misma mesa (con otros candidatos), no me convierte en vendida”, explicó Copa y resaltó la predisposición de diálogo que encontró en la cita convocada por Marcelo Claure, donde asistieron otros candidatos como Samuel Doria Medina, José Luis Lupo, Juan Pablo Velasco, Rodrigo Paz, Jaime Dunn, Manfred Reyes Villa y Toribia Lero, además de periodistas, analistas y operadores políticos como Efraín Suárez y la presencia de Jorge ‘Tuto’ Quiroga de manera virtual por Zoom.
De acuerdo por lo explicado por Copa, durante un diálogo con Asuntos Centrales, el haber compartido dos días de información económica para escuchar propuestas y poder sumar ideas para sacar al país de la difícil situación económica por la que atraviesa.
“Hay que saber escucharnos”, insistió la alcaldesa y dijo que su planteamiento durante el encuentro giró principalmente en torno a conocer la realidad sobre el alza de la canasta familiar, la realidad que viven día a día los bolivianos, además de advertir sobre la complicado que puede resultar poner plazos a los objetivos que se quieren alcanzar, lo mismo que insistió en la necesidad de arreglar primero la situación social, “debemos generar primero los ajustes sociales que sean necesarios”.
El encuentro “nos ha ayudado a ver mucho más claras las cosas en el país”, apuntó la alcaldesa y enfatizó: “El hecho de haber compartido dos días de información económica, no nos hace opositores u oficialistas”.
Para la alcaldesa aún en algunos sectores sociales hay una creciente susceptibilidad sobre la realización de las elecciones e insistió que es indispensable trabajar en mejorar el tejido social que ha sido destrozado en el país.