La cosecha silvestre y procesamiento del asaí, un fruto amazónico considerado un ´súper alimento´ por sus propiedades energizantes y antioxidantes, es el sustento de más de un centenar de familias indígenas que resguardan con esta actividad miles de hectáreas de bosque en la región boliviana de Santa Cruz.
La iniciativa es un emprendimiento de la Asociación de Productores del Bosque de la comunidad indígena Porvenir del Bajo Paraguá, colindante con el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, una de las principales reservas de Bolivia declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 2000.
Los indígenas llevan más de una década de trabajo de "aprovechamiento" y "la cosecha silvestre del asaí y de la palma real", con un beneficio para más de 130 familias, explicó a EFE la representante de la asociación, Glenda Ribera.
La comunidad Porvenir tiene más de 115 años de existencia y, según comentan los adultos mayores, en sus inicios los pobladores se dedicaban a la producción de palmito para subsistir, lo que implicaba cortar la palmera para extraerlo.
No obstante, hoy la situación ha cambiado y la comunidad trabaja bajo los pilares "sostenible, económico y ambiental", respetando además "la cultura y los saberes ancestrales" comunitarios, resaltó.
Se hizo una labor de "concienciación" para que cada persona aprenda a "cuidar este alimento que les va a dar trabajo todos los años", explicó Ribera.
Así, los hombres se encargan de cosechar el asaí trepando hasta lo más alto de las palmas que miden entre 25 a 30 metros, para luego enviarlo a la comunidad, donde las mujeres están a cargo de la obtención de la pulpa, precisó.
"Luego la pulpa es llevada en transporte frigorífico hasta la ciudad de Santa Cruz donde es procesada" para obtener "un asaí biofilizado" que se comercializa en Bolivia y en una decena de países, incluidos Francia y Alemania, explicó.
La comunidad tiene cerca de 40.000 hectáreas que se administran "con un plan de manejo para la cosecha silvestre" certificado por la entidad alemana Ceres (Certification of Environmental Standards, en inglés).
"Eso es lo que nos ha ayudado a seguir adelante con esta actividad por más de diez años, el saber que tenemos que cuidar cada uno de estos pilares, sobre todo porque somos parte de la naturaleza, del entorno y tenemos que aprender a convivir de manera equilibrada para poder seguir adelante", reflexionó.
Bondades y productos
El asaí es un fruto de palmera nativa que abunda en la Amazonía y tiene propiedades energizantes y antioxidantes, además de ser rico en calcio, hierro y zinc.
Según Ribera, está reconocido "dentro de los diez súper alimentos en el mundo por sus vitaminas, propiedades nutricionales y antioxidantes".
Muy recomendado para quienes practican algún deporte, este fruto se consume en jugos licuados, helados o incluso la pulpa pura al igual que el copoazú, otro fruto amazónico parecido al cacao.
La temporada de la zafra inicia en marzo y se extiende hasta octubre, y luego empieza la cosecha de la palma real o burití con el mismo procedimiento que el asaí.
Del burití, los indígenas obtienen un aceite prensado en frío, "rico en antioxidantes, betacaroteno y vitaminas" con el que desarrollaron su propia línea de cosméticos naturales, entre ellos el aceite trifásico, aceite corporal, cremas corporales, bálsamos y labiales.
Entre sus próximos proyectos está el desarrollo de otra línea de cosméticos en base al asaí, según Ribera.
Ella y otros compañeros viajaron hasta el municipio cruceño de Porongo para un encuentro con el subdirector general y representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, el uruguayo Mario Lubetkin, en su reciente visita a Bolivia.
Lubetkin conoció de primera mano sobre el emprendimiento de los indígenas de Porvenir para el aprovechamiento sustentable del asaí y de la palma real.
Ribera destacó que con ayuda de la FAO pudieron ampliar su planta procesadora de asaí e incrementar la producción.
Gina Baldivieso/ Porongo (Bolivia), 20 may (EFE).-