Jorge Richter regresa al llano “tranquilo y sereno” después de tres años en el poder como vocero del presidente Luis Arce Catacora. Dice que se va con el mismo patrimonio, pero asegura que no es el mismo que cuando inició el camino de acompañar al mandatario porque ahora mira al país desde otro punto de vista. Desde hoy, día en que le aceptaron oficialmente su carta de renuncia, anticipa que tendrá un “rol político” para aportar al debate sobre los grandes temas que afectan a Bolivia, particularmente, su tesis de que hay que “pacificar el país”.
Richter habló con Asuntos Centrales durante más de 30 minutos, tiempo en el que aseguró que “no hay condiciones sociales ni políticas” para un acortamiento del mandato constitucional de Arce Catacora tal como esperan sus detractores, pero tampoco para una extensión del mismo, lo que “sería una locura” y porque la Constitución Política del Estado no lo permite.
El exvocero anticipa que todavía hay una posibilidad de un esquema de “unidad de coyuntura” en el MAS-IPSP, pese a la feroz interna que todavía separa a Arce Catacora y al expresidente Evo Morales y con el solo objetivo de cerrarle el paso a la oposición, pero eso “anticipa crisis”, manifestó.
En el plano económico, Richter no cree que Bolivia vaya camino a un colapso económico, pese a que la situación es muy difícil por la falta de dólares y de combustibles. Incluso, el informe sobre las reservas de gas natural probadas no es tan grave como esperan los críticos de la actual gestión en materia de hidrocarburos.
Richter dice que camina y toma café en Santa Cruz con total libertad y sin temor a ser reprochado por su rol clave durante el paro de los 36 días, porque, según él, “siempre aposté por el diálogo”.
A la hora de explicar su salida del poder, Richter afirmó:
“Mi renuncia fue porque voy hacia un ciclo diferente que es debatir los temas centrales que importan a los bolivianos”, indicó.
Richter remarca que “se viene un momento muy complejo a Bolivia”.
“No me voy porque se viene lo peor, lo más tenso fue el paro de los 36 días”, aseguró.
“He meditado y he diseñado lo que quiero para adelante y por eso tomo este paso”, manifestó.
En su carta de renuncia, Richter hace varias críticas a la gestión gubernamental encabezada por Arce Catacora, pero la más significativa es aquella que plantea un alejamiento respecto de las demandas de la gente en las calles.
“Hay que caminar más porque el ánimo afuera en las calles no es el mismo que hay dentro del poder”, señaló.
“El político boliviano tiene una natural tentación a aislarse”, destacó.
“Espero que el presidente Arce Catacora tenga una mirada de 360 grados y una mirada más amplia de lo que pasa en el país”, enfatizó.