El mundo está presentando una inquietante oleada de racismo, xenofobia e intolerancia, la cual se alimenta por las redes sociales, que abren espacios para expandir y hacer avanzar un discurso público que muchas veces puede tornarse incendiario y que se dedica a señalar a todos aquellos etiquetados como “los otros”, informó la Universidad Nacional de Colombia.
Cada 18 de junio se hace un llamamiento a contrarrestar el odio y promover la libertad de opinión y expresión en todo el mundo.
Al respecto, la Asamblea General de la ONU firmó una resolución en el mes de julio del año 2021, proclamando el 18 de junio como Día Internacional para Contrarrestar el Discurso de Odio. Ello con la finalidad de promover el diálogo y la tolerancia interreligiosa e intercultural, para eliminar el odio en los discursos de diversa índole.
El profesor Alejandro Ánimas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que “este discurso abarca al otro que no piensa como tú, que es un ciudadano del mismo género y raza pero que no piensa como tú y por eso es atacado. Estos discursos se han mantenido ocultos y hoy están saliendo gracias a las redes sociales, porque el nuevo discurso es una mala forma que encontraron los líderes para hacer la base de ese grupo más fuerte y agresiva. Es mucho más complejo y grave de lo que parece”.
Agrega que “esto pasa más porque ya no existe tolerancia con el otro: por medio de estos discursos de odio se distorsiona la realidad y la gente va cayendo en este fanatismo con una realidad que no es”.
Por su parte Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, destaca que “esa capacidad intangible que tienen las redes sociales de parecer omnipotentes parece tener el efecto de que la gente pueda decir lo que quiera sin ver el efecto de otra persona. Es un reto muy grande pero su impacto democratizador no es menor”.
Señala además que “las redes sociales son un reflejo de la realidad, si tenemos una sociedad que no sabe debatir y que durante años ha encontrado en la violencia física y atroz una forma de disputar el espacio público, ¿qué podemos esperar?”.
Por último, la profesora Neyla Pardo, del Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (IECO), de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirma que “en Colombia tenemos una gama muy amplia de crímenes de odio: los primero es entender qué significa el lenguaje del odio y evidenciar que hay unas personas que desde nuestras perspectivas son vulnerables y que por eso tenemos la capacidad de interpelar y negarles su condición e identidad total. Eso es lo que pasa cuando hay lenguaje y discurso del odio”.
“Esta es una manera de segmentar las relaciones sociales de una forma violenta”, concluye la docente Pardo.