Hernán Cabrera M.
Pasar los minutos y las horas sin desprenderse del maravilloso aparato del celular es bonito y apasionante. Tienes en tus manos el mundo entero, el Universo y estás rodeado virtualmente de miles de personas que quieren conversar con vos o hacerte llegar videos, fotografías, textos, memes y tantas otras maravillas que nos permite la tecnología en este siglo de las transformaciones e innovaciones.
Pero sabes que, si bien eso llena tu curiosidad, tus ansias de pasar los minutos de forma divertida y estar conectado con tantas otras miradas, no llega a tu capacidad crítica ni a tus ansías de conocer más y mejor lo que el presente y el futuro te depara.
Mi querido joven, hace algunos años, hemos sido invadidos por los grandes beneficios de los servicios comunicacionales de la tecnología. Han permitido al ciudadano contar con su propio medio de comunicación y expresión. Ya no necesita de los periódicos, canales de TV, radioemisoras para dar a conocer su reclamo, su apoyo o satisfacción. Lo hace porque quiere hacerlo y tiene a su disposición el maravilloso aparato del celular, desde donde está conectado con cientos de plataformas virtuales, cuenta con sus aplicaciones para lo que guste, tanto recibiendo como emitiendo informaciones.
El celular ha convertido al ser humano en un sujeto interactivo, inquieto y con mucha hambre de conocer, de informarse y de manejar datos. Y en esta vorágine también te encuentras vos en tus años juveniles, que tienen toda la chispa de vivir intensamente. El celular te conduce a esos rumbos: de vivir la vida de forma intensa, apurada, ficticia, riesgosa y a toda carrera, pero te recomiendo con los años de experiencia y de existencia que tengo que hagas un alto en esta tu carrera desorientada y abras un libro. Algo de novelas, poesías, filosofía, religión, ciencias sociales o de lo que sea de tu agrado, que con seguridad te ofrecerá otros mundos, otras alternativas y otros desafíos.
Recuerda que nuestras vidas acompañan el minutero del reloj y cuando acordamos ya el tiempo se nos fue y luego nos preguntamos ¿qué hice durante todos estos años? ¿por qué no aproveché de la mejor manera todo el tiempo del mundo que teníamos? Y es eso precisamente que quiero evitarte en vos, esperando que estos consejos los pueda recibir con la frente en alto y dispuesto a enfrentar los retos de tu vida, pero acompañado y fortalecido por la lectura, que te abrirá alas, encenderá tu chispa de la creatividad y de tu capacidad en todos los sentidos.
Sin duda, las redes sociales ya son parte de nuestras vidas, no podemos prescindir de ellas, pero eso sí podemos darles un uso adecuado y utilizarlas para nuestros propósitos, dependiendo de cada uno de ustedes. Pero siempre en la vida debes buscar el equilibrio y no dejarte atrapar ciegamente por el tik tok o las aplicaciones tecnológicas que te puedan seducir, para ello, el camino es dedicarte un tiempo a la lectura de un libro y construir tu propia aventura.
Esta realidad de conectividad y virtualidad llegó para quedarse, a pesar de que creadores de ciencia ficción ya lo habían adelantado muchos años atrás. Somos seres de comunicación y ciudadanos conectados e interrelacionados, lo que nos permite, en el mismo segundo, conocer lo que sucede en una región del mundo o dialogar con alguien cercano o lejano mientras manipulamos nuestro celular, laptop o iPhone. Precisamente esta enorme potencialidad hay que aprovecharla de la mejor manera, y te reitero, un buen libro podrá ser tu compañero en tu ajetreada y esperanzadora vida que ya estás construyendo.
Mira lo que dice el Quijote de la Mancha y eso va dedicado a vos mi estimado joven: “La libertad, Sancho, es uno de los preciosos dones que a los hombres le dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre, por la libertad asi como por la honda se puede y debe aventurar la vida y por el contrario, el cautiverio es el mal mayor que pueda venir a los hombres Cada uno es artífice de su aventura”, su creador Miguel de Cervantes.
Ahora que se han prolongado las vacaciones, tienes unos días para dejar que algún libro te devore y te abra las alas de la libertad de la creación y de fortalezca el espíritu crítico, que lo debes cultivar y así estar mejor preparado para afrontar tantos pero tantos problemas diarios.