A pesar de la negativa del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de supervisar el congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS), el expresidente Evo Morales ha reiterado que el evento se llevará a cabo "sí o sí" el próximo 3 de septiembre en Villa Tunari, Cochabamba. Esta decisión subraya la creciente tensión entre Morales y el órgano electoral, así como las divisiones internas dentro del partido gobernante.
En su programa dominical "Evo es Pueblo Líder de los Humildes", Morales responsabilizó al TSE por cualquier decisión que tomen los militantes en el congreso, acusando a los vocales de ser “sumisos” al gobierno del presidente Luis Arce. “No estoy amenazando, solo advirtiendo”, declaró Morales, enfatizando que la responsabilidad de las decisiones que surjan del cónclave recaerá sobre el TSE.
El exmandatario también recordó el congreso de Lauca Ñ, realizado en octubre de 2023, donde fue ratificado como líder del MAS y proclamado candidato único del partido para las elecciones generales de 2025. Morales argumentó que la negativa del TSE a reconocer ese congreso fue influenciada por el Ejecutivo, con la intención de debilitar su posición dentro del partido y en las próximas elecciones.
El TSE, por su parte, ha justificado su decisión de no supervisar el congreso en Villa Tunari al señalar que la convocatoria no cumplió con el estatuto orgánico del MAS, ya que no fue consensuada con las organizaciones sociales del Pacto de Unidad, que respaldan a Arce. La falta de consenso podría llevar al MAS a recibir una segunda amonestación, dado que el tribunal ha fijado el 5 de septiembre como la fecha límite para la renovación o ratificación de las directivas partidarias.
Ante esta situación, Morales y su facción han advertido que, si no son escuchados, recurrirán a medidas de presión en las calles. Varios dirigentes del ala evista han anunciado movilizaciones si el TSE no reconoce el congreso previsto para este martes.
Finalmente, Morales denunció que el gobierno podría intentar sabotear el congreso mediante el uso de funcionarios públicos, una práctica que, según él, ya se ha implementado anteriormente con cortes de luz y actos de gasificación para impedir la realización de eventos similares.
Este enfrentamiento entre Morales y el TSE, así como las fricciones dentro del MAS, podrían tener implicaciones significativas para el panorama político de Bolivia de cara a las elecciones de 2025.