En un discurso dirigido a la nación, el presidente Luis Arce abordó la actual crisis de dólares y combustibles en Bolivia, explicando las causas y las medidas que el gobierno está tomando para enfrentar la situación de la crisis económica en el país.
Arce explicó que una de las principales causas de la crisis es el deterioro en la producción de hidrocarburos, según el Presidente, hubo un descuido significativo en la nacionalización de los hidrocarburos, lo que ha contribuido a una caída pronunciada en la producción de petróleo y gas en el país.
“La producción fiscalizada de petróleo y condensado ha disminuido un 54% desde 2014”, indicó Arce. En 2014, Bolivia producía 18.6 millones de barriles de petróleo al año, cifra que se redujo a 8.6 millones en 2023. De manera similar, la producción de gas cayó de 21,766 millones de litros cúbicos en 2012 a 13,122 millones en 2023, una disminución del 40%.
Arce atribuyó esta disminución a la falta de exploración y desarrollo de nuevos campos petrolíferos y gasíferos, lo que ha llevado al agotamiento de los campos existentes. Este declive en la producción ha reducido la capacidad del país para exportar hidrocarburos, disminuyendo así los ingresos en dólares.
El presidente subrayó que las acciones tomadas para abordar estos problemas incluyen medidas a mediano y largo plazo, algunas de las cuales se han implementado desde el inicio de su administración. Arce destacó que la falta de inversiones en nuevos proyectos durante el gobierno anterior ha llevado a la crisis actual, afirmando que “estamos viviendo en 2023 las consecuencias de lo que no se hizo hace siete años”.
Sobre el aumento de importación de combustibles
“Este es el problema, tenemos poca producción de petróleo y gas y eso nos está generando una mayor importación que nos demanda dólares”, señaló.
El Presidente detalló que el aumento en la importación de combustibles ha llevado a un gasto significativamente mayor. “El precio internacional del petróleo ha aumentado de 8,0 en millones de barriles en 2014 a 18,2 en millones de barriles en 2023, lo que representa un incremento del 127% en los combustibles que tenemos que importar,” indicó Arce.
Además, explicó que el costo de la importación ha crecido de 1,447 millones de dólares en 2019 a 2,881 millones de dólares en la actualidad, y en 2022, Bolivia gastó cerca de 3 mil millones de dólares en importar diésel y gasolina.
Arce subrayó que la baja producción de petróleo y gas está provocando una mayor dependencia de las importaciones, lo que genera una mayor demanda de dólares para cubrir estos costos. “Este mayor consumo de la población se está financiando con una mayor importación y eso requiere una mayor demanda de dólares,” explicó el Presidente.
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