Diego Suárez, bombero voluntario de Quebrancho, subrayó el elevado costo del equipamiento necesario para enfrentar los incendios forestales en la región, destacando que cada conjunto de ropa para los bomberos puede costar alrededor de 1000 dólares por persona. En una entrevista reciente, Suárez explicó que el gasto en cascos, mochilas lumbares, camisas, poleras, botas y herramientas forestales es significativo, especialmente considerando las cantidades necesarias para equipar a los equipos en el terreno.
"El tema del equipamiento es caro. Cascos oscilan entre 1,200 bolivianos, mochilas lumbares unos 1,000 bolivianos, camisas y poleras igual 1,000 bolivianos. Las botas de bombero, si son importadas, salen 3,000 bolivianos el par, y las herramientas forestales y mochilas de agua también son costosas. Estamos hablando de un conjunto caro para un solo individuo, alrededor de 1000 dólares por persona", detalló Suárez.
Actualmente, Suárez se encuentra en el cuarto periodo operacional en la región de Roboré, tras haber pasado más de 46 días combatiendo incendios. En la madrugada de hoy, el equipo de bomberos voluntarios instaló un campamento en Roboré para continuar su labor. Suárez explicó que, tras iniciar su labor en Roboré con la Fundación Amigos de la Naturaleza, el equipo se trasladó a Santiago en junio y ahora se encuentra en la Chiquitania, donde las condiciones son extremas.
"Hoy nos encontramos en la Chiquitania, al amanecer hay una densa humareda en el municipio de Roboré, estamos trabajando en habilitar el carro bomba forestal y dirigirnos a La Tapera para coordinar acciones con los bomberos locales. También debemos atender un incendio en El Valle de Cotavaca, que, aunque pequeño, podría escalar en magnitud", comentó Suárez.
El bombero también abordó el carácter cíclico de los incendios forestales, que se repiten cada 5 a 7 años con catástrofes de magnitud. Suárez lamentó que Bolivia esté nuevamente enfrentando una crisis de este tipo y destacó la importancia de la prevención y la mejora del equipamiento para enfrentar futuros desafíos.
"Los incendios son cíclicos y se repiten con cierta frecuencia. En 2010, se quemaron más de 10 millones de hectáreas, y ahora, aunque tenemos mejor respuesta y acompañamiento mediático, aún enfrentamos grandes desafíos", añadió.
Suárez concluyó elogiando el esfuerzo de los comunarios y el papel crucial del “bombero del cielo”, destacando que la colaboración y el equipamiento adecuado son fundamentales para la lucha contra los incendios.
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