Los incendios forestales que se expanden por Brasil en medio de la peor sequía en siete décadas afectaban también este sábado a unas cuarenta tierras indígenas del estado de Mato Grosso, uno de los más castigados por las llamas en el país.
Según datos oficiales, el fuego había llegado a 41 de las 86 tierras indígenas delimitadas en Mato Grosso, en cuyo territorio se concentran los biomas de la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, que desde hace meses son devastados por incendios.
La presidenta de la Federación de Pueblos Indígenas de Mato Grosso, Elaine Xunakalo, dijo a periodistas que en algunas de las tierras habitadas por los pueblos originarios las llamas han llegado a las aldeas y obligado a evacuar a sus habitantes.
También fueron afectadas cientos de hectáreas de plantaciones en esas tierras, que son consideradas reservas ecológicas y en las que la actividad agrícola se desarrolla según ancestrales costumbres de preservación, explicó Xunakalo.
Según un laboratorio ambiental de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), entre las regiones indígenas castigadas por el fuego en Mato Grosso están la Tierra Capoto Jarina y el Parque Xingú, que abrigan en conjunto a unas 40 etnias diferentes.
En lo que va del año, según los expertos de la UFRJ, el fuego en la Tierra Capoto Jarina ha consumido unas 82.000 hectáreas, que representan casi el 13 % de ese territorio.
En el caso del Parque Xingú, las llamas han devastado 34.300 hectáreas, equivalentes al 1,3 % de su superficie.
Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), que vigila la situación por una red de satélites, este sábado había en Brasil un total de 3.820 focos de incendios, de los cuales 1.788 se concentraban en la región amazónica, que sufre la peor sequía que se ha registrado en el país desde la década de 1950.
Las otras regiones más afectadas eran la sabana del Cerrado, en la zona central del país, con 1.262 focos, y el Bosque Atlántico, que discurre a través del litoral marítimo, con 674.
Los satélites del INPE también detectaron una relativa mejora de la situación en los humedales del Pantanal, compartidos por Brasil, Bolivia y Paraguay, donde este sábado había 51 focos de incendio, casi el 50 % menos que la semana pasada.
La humareda que se desprende de los incendios ha sido expandida por los vientos y afectado la calidad del aire en casi todas las regiones del país, con un consecuente aumento de los casos de problemas respiratorios entre la población.
Según las autoridades meteorológicas, la situación en el sur y el sureste será amenizada en los próximos días por un frente de aire frío, pero la intensa sequía persistirá en el resto del país, que es el que sufre el mayor impacto del fenómeno climático.
Agencia EFE