Ante la devastación causada por los incendios en Bolivia, que han destruido más de 7 millones de hectáreas y dejado a 12 millones de personas afectadas, el exministro de Defensa ha lanzado una advertencia contundente:
"La declaratoria de desastre nacional debe ir acompañada de una acción inmediata y coordinada con países amigos y organismos internacionales. De lo contrario, seguiremos perdiendo más vidas y biodiversidad".
"Lo más doloroso es ver cómo nuestro país se incendia y desaparece el futuro de nuestros hijos y nietos", expresó el exministro, que actualmente se encuentra en el exilio. Según su experiencia, los incendios son provocados casi en su totalidad por seres humanos, y la falta de una respuesta efectiva ha dejado al país vulnerable a una serie de desastres cíclicos como sequías, inundaciones, granizo y heladas.
El exministro, actualmente refugiado en el extranjero, destacó que los incendios no solo están causando estragos en el medio ambiente, sino que también ponen en peligro la vida de millones de bolivianos que ya no pueden respirar debido a la densa contaminación del aire. "El tiempo es esencial. Necesitamos brigadas internacionales, recursos y una verdadera coordinación para enfrentar esta catástrofe", afirmó.
Según su experiencia, la intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía es crucial, pero no suficiente. El exministro enfatizó que la colaboración de la comunidad internacional será clave para mitigar los efectos de los desastres y evitar que se repitan en el futuro.
"Este no es solo un problema de Bolivia, es un llamado de urgencia para el mundo entero", agregó.
La declaración de desastre nacional, realizada recientemente por el gobierno, abre la posibilidad de recibir ayuda internacional. Sin embargo, el exministro advierte que el éxito de esta medida dependerá de la rapidez y la eficacia con la que se implemente la asistencia.
"Necesitamos actuar ahora, con un plan claro y coordinado, o las consecuencias serán irreparables", concluyó.