En entrevista con Asuntos Centrales, la boliviana Marsia Taha Mohamed, reconocida como la mejor chef femenina de América Latina, expresó su emoción y orgullo por el premio, que considera no solo un logro personal, sino un reconocimiento a la gastronomía boliviana.
"El mundo está poniendo los ojos en Bolivia en este mismo momento", afirmó.
Nacida en Bulgaria, de padre palestino y madre boliviana, Taha creció en Bolivia desde los cinco años. Recordó cómo su abuela, aunque no cocinaba, la introdujo a los sabores tradicionales bolivianos en mercados y puestos de comida callejera, experiencias que marcaron su amor por la cocina.
Inicialmente interesada en la biología, Taha cambió de rumbo para estudiar gastronomía en la primera escuela de hostelería de La Paz, para luego graduarse en el Centro de Estudios Hoteleros de Canarias, España.
En 2012, Taha se unió al prestigioso restaurante Gustu en La Paz, que inicialmente comenzó como un proyecto de gastronomía social y más tarde se transformó en uno de los restaurantes más reconocidos de la región. Tras 11 años de trabajo, de los cuales siete estuvo a la cabeza del proyecto, Taha decidió abrir su propio restaurante, Zarami, un homenaje a las tierras bajas de Bolivia y a los sabores silvestres que ha investigado en los últimos años.
"Mi cocina se caracteriza por la utilización de productos bolivianos", comentó Taha, quien ha dedicado su carrera a explorar las distintas corregiones del país, incluyendo la Amazonia, los Andes y el Chaco. Además, mencionó su proyecto Sabores Silvestres, una iniciativa de investigación que busca registrar productos indígenas y abrir oportunidades de mercado para productores locales.
Marsia Taha se convierte en un orgullo boliviano, y aunque su restaurante aún no ha abierto en Santa Cruz, expresó su deseo de compartir su cocina con el público cruceño en un futuro cercano. "Siempre hemos tenido una respuesta muy buena de Santa Cruz", afirmó, anticipando la posibilidad de planificar una cena especial en tierras orientales.
El reconocimiento a Taha no solo eleva su carrera, sino que también impulsa la gastronomía boliviana a nivel internacional, poniendo en el mapa culinario mundial los sabores y tradiciones del país.