La economía boliviana vive una situación alarmante: la inflación registrada en octubre de 2024 ha alcanzado un 1,64%, la cifra mensual más alta en casi tres décadas, superando incluso la meta anual de inflación del gobierno, que era de 3,6%. Este dato es 21 veces mayor que el registrado en enero y ha llevado la inflación acumulada a un 7,26%, un nivel no visto desde hace 16 años, según indicó Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
Romero explicó que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación interanual a octubre llegó a un 7,94%, lo que marca un nuevo récord desde 2011. Particularmente preocupante es el alza en el costo de los alimentos, con un incremento anual de 8,86%, el más alto en diez años. Esta situación tiene profundas repercusiones en la capacidad de compra de las familias bolivianas, ya que la inflación acumulada en alimentos superó en octubre la registrada en todo 2023.
Causas de la crisis inflacionaria
Romero señaló que el gobierno ha atribuido el alza inflacionaria a factores externos como la inflación importada, el contrabando y la crisis climática. Sin embargo, aseguró que el verdadero origen de este fenómeno se remonta a una crisis fiscal de más de diez años, que ha desembocado en una crisis cambiaria que afecta la disponibilidad de dólares en el sistema financiero nacional. Esta situación ha elevado el costo de la divisa americana en el mercado paralelo y ha provocado desabastecimiento de carburantes, contribuyendo a un círculo vicioso de inflación y pérdida de poder adquisitivo.
A esto se suman las restricciones al comercio exterior y la devaluación de la moneda, que ha encarecido los bienes de contrabando, causando desabastecimiento y disparando los precios de productos básicos en el mercado interno. Romero destacó que la reciente crisis de abastecimiento, agudizada por un bloqueo de 24 días, intensificó la escasez de productos y el aumento de precios, deteriorando aún más el poder de compra de la población.
Perspectivas y retos para el fin de año
El panorama inflacionario se presenta complicado de cara a los últimos dos meses del año, con precios que difícilmente disminuirán, advirtió Romero. La llegada de diciembre, un mes marcado por el pago del aguinaldo a cerca del 20% de la fuerza laboral y por los gastos de fin de año, podría ejercer aún más presión sobre los precios. Las proyecciones apuntan a que la inflación anual de 2024 cerrará entre un 10 y 12%, una cifra inédita en décadas.
Finalmente, Romero instó a que el gobierno y el sector privado implementen políticas integrales y sostenibles para frenar la inflación de manera estructural, especialmente mediante reformas fiscales que estabilicen la economía y protejan el poder adquisitivo de la población. Sin medidas efectivas, advirtió que el poder de compra de los bolivianos seguirá en descenso, afectando profundamente el bienestar de las familias y la estabilidad económica del país.