Las recientes declaraciones del presidente Luis Arce, quien acusó a Santa Cruz de ser responsable del aumento de precios y de la escasez de alimentos, desataron un torrente de críticas. Luis Fernando Camacho, gobernador cruceño, expresó: “El odio que le tenés a Santa Cruz no tiene límites, ya basta de atacar a mi pueblo y de estigmatizarlo con tus ‘sospechas’; los alimentos suben por el desastre de tu Gobierno y por lo inepto que resultaste ser”.
La diputada Luisa Nayar sumó su voz al rechazo, asegurando que Arce “suma otra afrenta a una larga lista de atentados: persecución política, represión violenta y asfixia al sector productivo”. Por su parte, la expresidenta Jeanine Áñez lo calificó de “fracasado y socialista acabado”, recordando los excesos de su administración y acusándolo de hacer pagar a los productores los errores de su modelo.
El empresario y político Branko Marincovic señaló: “Luis Arce es un cínico y un sinvergüenza… culpa a los ‘cambitas’ para tapar el desastre de su modelo socialista fracasado”. Todos coinciden en que Santa Cruz, con su esfuerzo diario, sigue siendo un pilar clave en la producción de alimentos para el país y que el presidente debería enfocarse en soluciones, no en divisiones.
En este contexto, Samuel Doria Medina también elevó su voz crítica, subrayando la falta de liderazgo del presidente. “Arce ha gobernado así todo su periodo: echándole la culpa a otros, dividiendo a los bolivianos, despreciando a los productores privados. Un presidente que merece el repudio que está recibiendo”, afirmó. Doria Medina atribuyó la crisis a la política económica y social del gobierno y señaló que “la crisis es responsabilidad del modelo de Arce y Evo. Todos los bolivianos somos víctimas de este modelo. Todos lo cambiaremos”. Su declaración fue un llamado a la unidad y a un cambio de rumbo para Bolivia.