Un reciente informe elaborado por Libera Bolivia asegura que el país atraviesa una crisis económica e institucional desde 2023, generando un incremento importante en el número de migrantes hacia Chile, Argentina y Brasil.
“Las experiencias recientes han demostrado que cuando una crisis institucional se vuelve estructural, sus efectos no se detienen en la frontera. El incremento del 255% en la solicitud de permisos de migración a Chile entre los años 2023 y 2024 es solo una de esas consecuencias”, explica el documento.
Según datos del Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) de Chile, hay un incremento en la intención de migración de individuos con educación secundaria y educación superior en detrimento de personas que, como máximo, alcanzaron un nivel de educación básica.
Fuente: Libera Bolivia en base a registros administrativos del SERMIG.
Otro dato del SERMIG evidencia que los adultos jóvenes de Bolivia demandan cada vez más visados para
mudarse al exterior.
“Esta evidencia puede interpretarse a la luz del presente económico e institucional de Bolivia: frente a la oportunidad de salir de su país y, así, de mejorar sus oportunidades económicas”, remarca Libera Bolivia.
Fuente: Libera Bolivia en base a registros administrativos del SERMIG.
Adicionalmente, una encuesta de la Fundación Aru revela que un 54% de los jóvenes bolivianos entre 16 y 35 años manifiesta su intención de emigrar.
Aspectos clave del crecimiento insostenible en el modelo económico boliviano
Conforme al informe de Libera Bolivia, el país muestra signos persistentes de agotamiento:
- A fines del 2024, las reservas internacionales alcanzaban a 2.000 millones de dólares que no son suficientes para cubrir tres meses de importaciones.
- La brecha cambiaria es superior al 130%.
- Según información del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación aumentó hasta el 10%; y el crecimiento económico disminuyó de 3.1% en 2023 a 2.1% en los primeros tres trimestres del 2024.
Un llamado urgente para evitar un deterioro irreversible
El informe de Libera Bolivia advierte que, aunque el país aún no ha alcanzado un colapso similar al de Venezuela o Nicaragua, la situación requiere atención urgente y coordinada para evitar un deterioro institucional irreversible y gestionar de manera efectiva esta nueva ola migratoria que ya está en marcha.
“Lo que está en juego no es únicamente una cuestión económica o humanitaria, sino la posible
reproducción, silenciosa, de ese mismo patrón en el corazón de América del Sur”, concluye el documento.