Como cada 7 de julio, el mundo rinde homenaje al cacao, ese poderoso ingrediente que da origen a los más ricos chocolates. Esta efeméride fue instituida en 2010 por la Organización Internacional de Productores de Cacao y la Academia Francesa de Maestros Chocolateros y Confiteros, con el fin de resaltar su relevancia nutricional, cultural y económica.
Un origen milenario
El cacao, cuyo nombre científico es Theobroma cacao —que en griego significa “comida de los dioses”— tiene sus raíces en las selvas tropicales de la cuenca amazónica. Fue domesticado y cultivado hace miles de años por civilizaciones prehispánicas como los olmecas, mayas y aztecas.
Los olmecas, en particular, fueron pioneros en su cultivo y uso: lo bebían en ceremonias religiosas, lo usaban como moneda y lo consideraban una medicina. Esta tradición fue heredada por otras culturas mesoamericanas, como los mayas, que lo llamaban kakaw, y los aztecas, quienes lo ofrecían al dios Quetzalcóatl.
¿Por qué el 7 de julio?
La elección de esta fecha responde a la intención de celebrar el cacao en temporada alta de consumo en el hemisferio norte, con eventos públicos, ferias, concursos de repostería y campañas educativas sobre su origen y beneficios. La celebración apunta a fomentar el respeto por los productores, la biodiversidad y el consumo responsable de chocolate.
Un alimento con superpoderes
El cacao es reconocido por la ciencia moderna como un alimento funcional. Es rico en polifenoles y flavonoides, compuestos antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea, reducir la presión arterial y favorecer la salud del corazón.
También contiene minerales como magnesio, hierro y potasio, y sustancias como la teobromina, que mejora el estado de ánimo. El chocolate amargo, con más del 70 % de cacao, es el que mayor concentración de estos beneficios ofrece.
Cacao, desarrollo y sostenibilidad
Más allá de su sabor, el cacao representa una fuente de ingresos para millones de pequeños productores en América Latina, África y Asia. En Bolivia, se cultiva principalmente en los departamentos de Beni, La Paz y Santa Cruz, y existen variedades únicas como el cacao silvestre amazónico, muy valorado en mercados internacionales por su sabor fino y aroma complejo.
Organizaciones bolivianas promueven la producción sostenible del cacao mediante sistemas agroforestales que respetan el bosque, protegen las variedades nativas y mejoran la calidad de vida de las comunidades productoras. Bolivia, de hecho, ha sido varias veces premiada en concursos internacionales de cacao de excelencia.
De las ceremonias antiguas a la alta gastronomía
Desde los rituales olmecas hasta las chocolaterías europeas, el cacao ha sido protagonista de una historia que combina cultura, espiritualidad y placer. En América Latina, todavía se usa para preparar bebidas tradicionales como el chocolate caliente, el champurrado o el mole poblano en México.
En la alta cocina, chefs y chocolateros reinventan cada año nuevas formas de presentar el cacao, reafirmando su lugar como ingrediente estrella.
¿Cómo celebrar el Día Mundial del Cacao?
Estas son algunas formas de sumarte a la celebración:
- Disfrutar de un chocolate oscuro artesanal, con más de 70 % de cacao.
- Preparar una receta casera que lo tenga como protagonista.
- Compartir información sobre sus beneficios y su historia.
- Apoyar a productores locales que practican un comercio justo y sostenible.
Conclusión
El Día Mundial del Cacao no es solo una excusa para comer chocolate, sino una oportunidad para valorar el trabajo de quienes lo cultivan, para reflexionar sobre su historia milenaria y para reconocer sus propiedades nutricionales.
Hoy más que nunca, saborear el cacao es también un acto de conciencia y de gratitud hacia la tierra y sus frutos.