La experiencia de viejos legisladores se fusionará con la juventud de candidatos sub-30 que aspiran a ser diputados o senadores. Hay nombres polémicos y parientes en las listas.
quienes aspiran a la Vicepresidencia. Pero hay un grupo que avanza a paso firme, aunque con menos visibilidad: los postulantes al Poder Legislativo. Junto a las figuras presidenciales se alinean quienes podrían llegar al Senado o a la Cámara de Diputados como representantes plurinominales. Y las encuestas ya dibujan un primer boceto de lo que podría ser la próxima Asamblea Legislativa Plurinacional. Este retrato no es menor: el Poder Legislativo es clave para la gobernabilidad. Si lo que impera es el chantaje o la confrontación, será otra gestión perdida para el país.
En un repaso por las listas de candidatos que están por delante en las encuestas se halló que el perfil común de aspirantes al Poder Legislativo tiene entre 40 y 55 años. En el caso de Unidad de Samuel Doria Medina son 123; 111 en las listas de Manfred Reyes Villa y Súmate; mientras que son 112 en la nómina de Alianza Popular de Andrónico Rodríguez y 48 en el caso de Libre de Jorge Quiroga.
Una novedad alentadora es la apertura de espacios para los más jóvenes. Las listas ahora también incluyen a menores de 30 años. Anyi Liz Téllez Hurtado, por ejemplo, tiene apenas 18 años y postula como primera suplente plurinominal por Pando. Alexandra Foronda Morales, de 20 años, es candidata suplente por el Frente Unidad. En Libre, María Nel Alvarado, de 22 años, aspira a una diputación uninominal suplente. En total, Alianza Popular presenta 20 candidatos sub-30; el Frente Unidad, 11; y tanto Libre como Súmate, 9 jóvenes que quieren incursionar en la política.
En cuanto a rango de edad, la candidata de menos edad tiene 18 años y el de mayor edad tiene 75 años.
Entre los 30 y los 40 años hay más de 160 candidatos con posibilidad de llegar a la Asamblea Legislativa, que están distribuidos en todas las tiendas políticas. Sin embargo, son mayoría los que tienen entre 40 y 55 años, entre quienes hay parlamentarios o funcionarios públicos con experiencia en temas del Estado.
Juventud con formación y experiencia
El economista del Instituto Cruceño de Estadística, Sebastián Peña, aplicó una proyección para distribuir los escaños del Senado y de la Cámara Baja en su fracción plurinacional. Tomó como base la encuesta de CIES Mori, presentada por la red Unitel, y aclaró que el ejercicio fue realizado a título personal. Para el cálculo, consideró únicamente la intención de voto válida, excluyendo las respuestas de blancos, nulos o indecisos. Esta será también la lógica que se aplicará cuando se procesen los resultados oficiales.
Aunque la fotografía electoral puede cambiar con el paso de los días, el modelo de Peña permite vislumbrar un escenario preliminar. La Cámara de Senadores está compuesta por 36 miembros, cuatro por departamento. La de Diputados tiene 130 curules, de los cuales 60 son plurinominales. El análisis abarca solo senadores y plurinominales, y sobre esta base se exploraron los perfiles que tienen más posibilidades de llegar a la Asamblea.
Según esta proyección, Unidad –de Samuel Doria Medina– obtendría 16 senadores; Libre –de Jorge Quiroga– 11; Súmate –de Manfred Reyes Villa– 5; y Alianza Popular –de Andrónico Rodríguez– 4. En Diputados, Unidad sumaría 21 escaños; Libre, 20; Alianza Popular, 10; Súmate, 8; y el PDC, liderado por Rodrigo Paz Pereira, uno.
Lo que revelan las listas
Al revisar los nombres con mayores posibilidades de obtener un curul, salta a la vista la presencia de dirigentes sindicales, personas con trayectoria pública, pero también algunas figuras controvertidas. En Alianza Popular, por ejemplo, hay dos legisladores con experiencia previa, dos dirigentes sindicales y al menos seis candidatos sobre quienes no se encuentra información pública. Llaman la atención tres nombres. Robin Justiniano, abogado e hijo del exjefe policial Gonzalo Medina, investigado por un caso polémico. Otro caso es Martín Daniel Irusta, exabogado de Evo Morales, quien fue noticia por haber registrado a su nombre un vehículo de lujo que utilizaba una bailarina.
También destaca la postulación de Humberto Claros Zeballos, primer candidato a senador por Cochabamba en esa alianza. Se trata de un dirigente sindical detenido durante las protestas impulsadas por Evo Morales para exigir su habilitación como candidato.
En la alianza Libre, los focos se posaron sobre Ana María Quiroga, hermana menor del candidato presidencial Jorge Tuto Quiroga. Además, generó debate que el jefe de campaña de Libre, Luis Vásquez Villamor, incluyera a su hijo, Sergio Luis Vásquez, como primer plurinominal, lo que –según las encuestas– le asegura un escaño en la Cámara Baja. Ambos personajes están en la franja de seguridad de Cochabamba y de La Paz respectivamente.
Pero no son los únicos casos en los que los lazos familiares se entrelazan con la política. En el Frente Unidad, el joven Andrés Lombardo Sotomayor es parte de la lista. También llama la atención la fuerte presencia de personas cercanas a Luis Fernando Camacho, especialmente exfuncionarios de la Gubernación cruceña, quienes encabezan varias listas plurinominales. Esta movida dejó fuera a otros aliados del frente, como Vicente Cuéllar y Luisa Nayar, lo que generó tensiones internas.
En las filas de Súmate figuran también dos exfuncionarios de la Alcaldía de Cochabamba.
Una nueva lógica legislativa
Susana Bejarano, candidata a senadora por Alianza Popular, asegura: “Estamos obligados a entendernos”.
Explica que ningún programa de gobierno puede implementarse sin pasar por la Asamblea Legislativa, ya sea para aprobar financiamiento externo o reformar normas que impulsen la economía.
Por su parte, Cecilia Requena –senadora actual y candidata a diputada por Unidad– subraya la urgencia del diálogo y los acuerdos: “Los retos van desde la estabilización económica, que implicará decisiones difíciles, hasta reformas estructurales y ambientales que eviten caer en el extractivismo como única salida para obtener más recursos”.
Requena cree que el papel de la oposición en las calles dependerá en gran medida de cómo quede el MAS tras las elecciones. Para Bejarano, si los legisladores logran representar las demandas sociales, la fuerza de la protesta podría diluirse.
Lo que sí comparten ambas voces es la necesidad de inaugurar una nueva etapa en la política boliviana, una en la que el diálogo, los acuerdos y el respeto a mayorías y minorías no sean vistos como concesiones sospechosas, sino como pilares fundamentales de la democracia.