Cuando resta menos de un mes para las elecciones generales del 17 de agosto, uno de los datos más reveladores del panorama electoral boliviano no se encuentra en las candidaturas ni en las propuestas de campaña, sino en la persistente incertidumbre del electorado. Un reciente informe del Socialómetro de la consultora DataCivis revela que los votantes indecisos, con foco en los jóvenes entre 18 y 30 años, constituyen un segmento determinante y aún no capitalizado del todo por las fuerzas políticas en competencia. El estudio basado en el análisis de redes sociales, encuestas de opinión y escucha activa de medios, identifica un perfil definido pero difícil de seducir: un votante escéptico, exigente, frustrado con la política tradicional y en búsqueda de liderazgos genuinos, transparentes y conectados con las preocupaciones cotidianas.
El desencanto como punto de partida
La primera gran conclusión del informe es emocional: los sentimientos predominantes entre los indecisos y los jóvenes son el desinterés político (35%), la frustración (25%), la desconfianza (20%), la desilusión (30%) y la indignación (25%).
Este combo de percepciones evidencia un hartazgo estructural con el sistema político, tanto por su funcionamiento como por sus protagonistas. En paralelo, se registran demandas concretas que actúan como claves de movilización potencial: la educación gratuita y de calidad (25%), el empleo juvenil (20%), la honestidad en el liderazgo (30%), la cercanía con la ciudadanía (25%) y la autenticidad por sobre la experiencia tradicional.
Este conjunto de valores no solo define a un electorado desconfiado, sino también receptivo a nuevas propuestas si estas se presentan con empatía, claridad técnica y emocional, y sobre todo, libre de corrupción.
Candidatos frente al espejo del voto indeciso
A la luz del análisis cualitativo, el candidato a la presidencia por Unidad, Samuel Doria Medina es el postulante mejor posicionado para conectar con este segmento. Su imagen pública, evaluada como “técnica, confiable y cercana”, logra, según este análisis, despertar emociones positivas como confianza, esperanza y entusiasmo. Además, su narrativa está alineada con los reclamos ciudadanos: promueve transparencia, propuestas económicas concretas.
El empresario paceño, obtiene buena recepción entre los jóvenes de 18 a 30 años, quienes valoran su tono moderado, su lenguaje accesible y su posicionamiento frente a la crisis, en las que fue percibido como empático y coherente.
Mientras tanto, el ex presidente Jorge Tuto Quiroga (Libre), ubicado casi a la par en las preferencias de acuerdo a las encuestas publicadas esta semana que pasó, mantiene una base sólida en la capital oriental y entre sectores adultos de 31 a 50 años, donde genera emociones como optimismo y lealtad regional.
No obstante, su discurso centrado en la identidad y la democracia no resuena con las preocupaciones sociales o económicas El voto que nadie conquista a un mes de las elecciones Indecisos ante las urnas del electorado joven.
Así, aunque puede consolidar el voto antimasista adulto, su capacidad de captación entre indecisos es limitada. Por su parte, el presidenciable de Alianza Popular, Andrónico Rodríguez, se esfuerza por proyectar un mensaje de renovación y cambio, pero sufre por la ambigüedad discursiva y una imagen de liderazgo poco definido. Las emociones que genera, de acuerdo a este estudio, oscilan entre la confusión y la desilusión, lo que limita su potencial como captador del voto indeciso, salvo que logre una transformación rápida en su comunicación y presencia pública.
Quién conecta y por qué
El informe ofrece una segunda documentación clave sobre qué candidatos tienen más chances de captar los votos indecisos:
- Jóvenes (18–25 años): demandan educación, empleo, honestidad y renovación. Aquí, Doria Medina aparece como el candidato más alineado.
- Adultos moderados: buscan estabilidad y transparencia, con rechazo al MAS. Este grupo podría inclinarse tanto por Quiroga como por Doria Medina.
- Indecisos en general: priorizan propuestas económicas claras y liderazgo sin corrupción. Otra vez, la figura de Doria Medina se impone como la más coherente.
- Voto protesta o cambiante: sensible a discursos outsider y críticas al sistema. Andrónico Rodríguez podría aspirar a este grupo, aunque aún sin consolidación efectiva.
El electorado espera que lo escuchen
En la recta final de la campaña, los indecisos representan un terreno electoral fértil pero exigente. No se trata solamente de convencer con promesas de campaña, sino de conectar desde la emocionalidad, la honestidad y la capacidad técnica.
En este ámbito, la capacidad narrativa, la gestión de emociones y la presencia en redes sociales se vuelven herramientas centrales. La conclusión del informe es contundente: Samuel Doria Medina reúne las condiciones más favorables para atraer a este electorado.
Tiene una imagen positiva sostenida, un discurso que coincide con las demandas ciudadanas, y conecta emocionalmente con los sectores urbanos, juveniles y femeninos.
Mientras tanto, otros candidatos siguen apostando a su base dura o a identidades regionales, sin terminar de interpretar el lenguaje de una generación que reclama autenticidad, oportunidades y liderazgo con propósito.
En este escenario se transforman en una fuerte advertencia. Y a menos de 30 días del sufragio, quien mejor sepa leerlos, puede cambiar el desenlace electoral de Bolivia.