Decenas de personas descubrieron este sábado la fascinación de la Edad Media en un festival que se realizó por primera vez en la ciudad boliviana de La Paz y que juntó aspectos fantasiosos de series, películas y libros con costumbres y prácticas realistas de ese periodo europeo.
El primer festival denominado ‘Muy, Muy Lejano’, que hace referencia al reino ficticio de las películas animadas de Shrek, se celebró en el Parque de las Culturas y de la Madre Tierra, que brindó un ambiente que simuló un bosque nórdico con casas encantadas.
La actividad reunió a decenas de aficionados a las películas y literatura del medioevo, “cosplayers” o personas que se disfrazaron de acuerdo a la época, y al público, entre adultos y niños, que asistió a un evento inédito en Bolivia.
“Recientemente se ha hecho muy atractiva la cultura celta, de fantasía y medieval, por las películas, series o libros (…) este es un demostrativo de lo que se puede hacer gracias al interés de la gente”, dijo a EFE Ángela Alvarado, integrante del Ensamble Medieval La Paz.
Ángela, junto a Jean Carlo Alvarado, formó parte de la orquesta musical en un espacio dedicado a celebrar matrimonios medievales, que eran bendecidos por un monje y se sellaban con un acta de compromiso que se asemejaba a un pergamino.
Jean Carlo, el encargado de los vientos, acompañó las ceremonias de casamiento de fantasía tocando con maestría una flauta irlandesa o tinguisel, junto con una gaita española que, según contó a EFE, acababa de llegarle y que aprendió a utilizar.
Y es que buena parte de las actividades del festival incluyeron, además de la fantasía, elementos históricos que los organizadores rescataron para compartir con el público.
Emanuel Rojas, uno de los artistas colaboradores, dijo a EFE que se trabajó en recrear espacios para el “softcombat” con armas medievales acolchadas, el sector de los castigos en el que se encontraba un verdugo que exhibía diferentes máquinas de tortura, además de competencias de tiro con arcos artesanales y ballestas reales.
Mientras que en algunos salones de las antiguas oficinas ferroviarias del parque se instaló un cuarto de pócimas, en el que se vendían sustancias para atraer el amor y la fortuna, y en otros se exhibían armas medievales junto a la habitación de los “Tres Osos”, del cuento de Ricitos de Oro.
Daniel Flores se encargaba de mostrar al público una especie de catapulta gigante fabricada en Bolivia por los integrantes de dos clubes de aficionados a la cultura medieval, y que sirve para impulsar proyectiles mecánicamente.
Flores contó a EFE que esa aventura de construcción implicó la investigación por internet de esas armas en bibliotecas españolas y que se hizo realidad mediante el apoyo de un ingeniero que adaptó el arma para que funcione con una persona en vez de dos.
El festival también contó con la participación de algunos elencos de jóvenes dedicados al entretenimiento de los niños con actuaciones, bailes y concursos propios de la temática.
Los organizadores destacaron la realización de este evento como una manifestación de la “diversidad” de aficiones, no necesariamente locales, que existe en La Paz y de las diferentes “tribus urbanas” que desean difundir sus intereses.
Gabriel Romano Burgoa