El Club Deportivo Oriente Petrolero se enfrenta a un nuevo panorama directivo tras la renuncia de Gustavo Gutiérrez a su cargo de secretario general. La dimisión, presentada formalmente el 22 de septiembre, se hizo pública a través de una carta en la que Gutiérrez explica que su decisión responde a “motivos estrictamente personales” y a “diferencias de criterio con algunos directivos” que dificultaban el desarrollo de sus funciones.
Contexto y últimas acciones
La renuncia de Gutiérrez se produce en un momento de gran turbulencia para el equipo. En las últimas semanas, su gestión se había enfocado en resolver uno de los problemas más apremiantes del club: el pago de sueldos atrasados. Fuentes cercanas al equipo confirman que una de sus últimas acciones fue garantizar que los jugadores recibieran sus salarios, una medida que buscaba dar estabilidad y confianza a la plantilla.
En su carta, Gutiérrez agradeció la confianza depositada en su persona y ratificó su compromiso con los valores de la institución, deseando éxito a la directiva en las gestiones que continúan. Su salida, sin embargo, plantea interrogantes sobre el rumbo administrativo y deportivo del club, sumido en una crisis que no solo es financiera, sino también institucional.
Futuro del equipo
La directiva de Oriente Petrolero deberá ahora nombrar a un sucesor para el cargo de secretario general. El vacío de poder podría impactar la planificación de los próximos desafíos del equipo. La hinchada, expectante, aguarda una pronta solución que devuelva la estabilidad al club y le permita enfocarse en el rendimiento deportivo.
Se espera que en los próximos días la directiva ofrezca un comunicado oficial para esclarecer la situación y anunciar las medidas que se tomarán para garantizar la continuidad del proyecto deportivo de la institución. La incertidumbre ronda al equipo verdolaga, que necesita urgentemente una directiva unificada para salir adelante