El cierre del Gobierno Federal en EE.UU. a partir del miércoles se antoja casi inevitable ante el choque entre demócratas y republicanos, encabezados éstos por el presidente Donald Trump, que considera inaceptables las exigencias de la oposición para apoyar un presupuesto adicional y prepara ya el posible despido de funcionarios a gran escala.
El Congreso tiene hasta las 23.59 de este martes para aprobar un nuevo presupuesto federal o una medida de financiación temporal para evitar que se paralicen labores de las agencias Federales consideradas no indispensables.
Los republicanos presentaron el pasado 19 de septiembre un presupuesto provisional que mantendría abierta la Administración durante otras siete semanas, pero este resultó rechazado en el Senado porque su mayoría es insuficiente y requiere de al menos siete votos demócratas para la aprobación del proyecto de ley.
Exigencias sin respuesta y posturas enrocadas
Para apoyar la extensión de financiación del Partido Republicano los demócratas han exigido que se prorroguen los subsidios de la ley para el cuidado asequible de la salud (Obamacare) que expiran a final de año, así como la reversión de los recortes al programa Medicaid que resultaron de la gran ley de recortes prespuestarios y fiscales que se aprobó el pasado julio.
Los liberales se han negado a dar apoyo alguno al presupuesto provisional federal sin que se atiendan sus demandas, mientras la bancada contraria, con Trump a la cabeza, ha rechazado atender dichas exigencias.
El presidente ha tachado estas peticiones de “completamente irrazonables”, ha cancelado las negociaciones que se habían programado la pasada semana con los líderes demócratas y ha declarado que no está dispuesto a ceder y que espera que sean los demócratas, a los que ya está culpando del cese de las operaciones federales, los que den primero su brazo a torcer.
Consecuencias del cierre Federal
Debido a que el actual receso en el Congreso dura hasta el 30 de septiembre, solo queda la opción de que el Senado pueda votar y aprobar un presupuesto provisional ese último día antes del cierre.
Sin embargo, las posibilidades de evitar el cierre se consideran casi nulas dadas las profundas divisiones entre ambas bancadas, por lo que se da por hecho que el Gobierno Federal no tendrá fondos para mantener activas todas sus funciones a partir del miércoles.
En caso de falta de financiación, la ley exige que las diferentes agencias del Gobierno pongan en excedencia a los empleados que consideren no esenciales, mientras que los indispensables, principalmente aquellos que realizan tareas para proteger la seguridad de las personas o sus bienes, continúan trabajando, aunque, al igual que el resto de empleados federales, no recibirán su nómina hasta que el Congreso apruebe presupuestos.
Agentes del FBI o la CIA, controladores de tráfico aéreo, agentes de seguridad aeroportuaria o miembros de las Fuerzas Armadas seguirán trabajando.
A su vez, se sabe por un memorando de la Oficina de Gestión y Presupuesto que el Gobierno Trump ha instruido a las agencias a que aprovechen para preparar despidos a gran escala, especialmente en los programas clasificados como no esenciales, durante el cierre, el cual parece querer aprovechar para seguir adelgazando la Administración Federal.
Precedentes
La última paralización parcial del Gobierno tuvo lugar precisamente durante el primer mandato de Trump, y supuso el cierre Federal más largo de la historia del país al durar desde finales de diciembre de 2018 hasta finales de enero de 2019.
Durante ese cierre parcial que duró 35 días aproximadamente 340.000 de los 800.000 empleados federales de entonces entraron en excedencia.
Normalmente cada agencia federal elabora su propio plan de contingencia para una paralización, un bosquejo que detalla qué parte de la plantilla es esencial y que solía publicarse que en el sitio web de la Oficina de Administración y Presupuesto, el ente que precisamente ha pedido realiza despidos.
Hasta ahora, esos planes no se han hecho públicos, lo que hace temer por el calado que pueda tener el plan del Gobierno Trump para recortar puestos en la administración pública.
Fuente: EFE