Mónica Salvatierra #LaHoraDeBolivia
Es la sorpresa de las elecciones nacionales. Cuando comenzó la carrera por la Presidencia no estaba entre los candidatos favoritos y las últimas encuestas electorales de primera vuelta le daban un 9 % de intención de voto. Sin embargo, logró posicionarse en primer lugar con el 32,06 % y ahora se convertirá en el presidente de los bolivianos al haber ganado con un 54,5 % de los votos con más del 98 % de las actas computadas, según los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral.
Su día empezó en la sureña población de San Lorenzo (Tarija). Allí vive su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora, en un predio llamado El Picacho, donde la familia se reunió para encomendar la jornada a Dios en una capilla privada del lugar.
Bolivia asistió ayer al primer balotaje de su vida democrática. Los candidatos en disputa, Rodrigo Paz y Jorge Tuto Quiroga, salieron de las filas opositoras al Movimiento Al Socialismo (MAS), que gobierna el país hasta ahora y desde hace casi 20 años. Paz Pereira se identifica como de centroizquierda y ha prometido recuperar la economía nacional cuidando que las medidas de ajuste no sean un azote para los sectores más vulnerables.

Tiene 58 años y se graduó en la carrera de Relaciones Internacionales, con maestría en Gestión Política y Economía. Está casado con María Elena Urquidi (apodada ‘Bibi’) y tiene cuatro hijos. La mayor de ellas ha sido su estratega de redes sociales, y él se jactó de ello durante toda la campaña.En 2010 fue elegido concejal de Tarija y, cinco años después, se convirtió en alcalde de esa ciudad. En 2020 se postuló y ganó un curul como senador, y después dio el salto a la Presidencia de Bolivia. Como edil tuvo cuestionamientos y procesos judiciales por la construcción de un millonario puente. Él asegura que es parte de la guerra que le hizo el MAS por oponerse a las acciones del actual gobierno nacional.
Contrastes en la campaña
En el año del Bicentenario de la fundación de la República de Bolivia, este proceso electoral es histórico por varios factores. Marca la derrota del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales y Luis Arce, que ha gobernado durante 20 años. Por otro lado, es la primera campaña que se libra más en redes sociales que en concentraciones territoriales. El 75 % del electorado está en los tres departamentos del eje central: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, mientras que el 80 % de la población vive en zonas urbanas y apenas un 20 % en el área rural.
Rodrigo Paz asegura que ha recorrido cientos de miles de kilómetros en los últimos cinco años y atribuyó a ese hecho su victoria en primera vuelta.
Dijo desde el principio que su campaña sería austera por falta de recursos económicos. De hecho, durante la primera vuelta se transportó en vuelos comerciales y no pudo llegar a más de un foro porque la línea aérea que usaba tenía demoras. Tampoco pagó pauta de propaganda electoral en los medios tradicionales sino hasta la última semana. Su comunicación se basó casi totalmente en las redes sociales porque, debido a la baja intención de voto que tenía, no era convocado a eventos televisivos a los que sí asistían sus contrincantes.

Cuando el medio Bolivia Verifica publicó las cifras invertidas en redes sociales por los candidatos, contrastó que mientras Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga habían pagado cientos de miles de bolivianos a Meta o a Google, Paz Pereira solo había puesto 200 bolivianos (menos de 20 dólares al cambio paralelo).

Foto: Infografía publicada por Bolivia Verifica (Fuente: Bolivia Verifica)
Una campaña accidentada
La carrera electoral fue cuesta arriba para este candidato. En abril presentó a un joven empresario minero de Potosí como aspirante a la Vicepresidencia, Sebastián Careaga, pero lo abandonó a las pocas semanas para convertirse en candidato a senador con la fórmula de Samuel Doria Medina. Días antes de que acabara el plazo para el registro de candidaturas, Paz Pereira hizo alianza con quien terminaría siendo su compañero de fórmula, el expolicía Edman Lara.
Paz Pereira es candidato por el Partido Demócrata Cristiano, que le dio la sigla, pero tras el acuerdo hubo disputas internas en esa tienda política, aunque terminó ganando la facción que lo apoyaba.
La campaña en Bolivia no ha sido ajena a las estrategias de guerra sucia y al uso de inteligencia artificial para generar desinformación. Los medios Bolivia Verifica y Chequea Bolivia fueron fundamentales para detectar bulos de todo tipo destinados a desprestigiar a los candidatos.
Desde el Partido Demócrata Cristiano (PDC), de Rodrigo Paz, acusaron al estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba de ser el autor de la guerra sucia en Bolivia; mientras que desde la Alianza Libre acusaron a sus adversarios de “echar barro” para soslayar su falta de propuestas.
La economía en el centro

La escasez de carburantes, con esperas de más de seis horas para conseguir suministro, es el centro de las primeras acciones prometidas. Paz Pereira asegura que el abastecimiento se normalizará desde el primer día de su mandato. Informó de acuerdos con empresas petroleras estadounidenses para lograr la dotación de estos líquidos y aseguró que además consiguió que los pagos no sean inmediatos. En los últimos días de campaña exigió que el presidente de Bolivia, Luis Arce, libere los carburantes almacenados en las plantas de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y hasta le ofreció ayuda para dar certidumbre a la ciudadanía.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia decreció un 2,4 % durante el primer semestre y tiene una inflación acumulada que supera el 18 % y que puede llegar al 20 % a fin de año. El Banco Mundial estima que la economía del país será recesiva hasta 2027. Desde 2024 existe un dólar paralelo que ha ido escalando y ahora bordea los 13 bolivianos, es decir, el doble de la cotización oficial.
Otra de las acciones inmediatas anunciadas por el equipo económico que acompaña a Paz es la reducción de gastos en la burocracia estatal y la eliminación del subsidio a los carburantes. Su futuro ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, dijo que los precios se fijarán con base en el mercado internacional, salvo para el transporte público. También anunció transferencias o bonos a las familias más vulnerables para compensar el costo del ajuste.
Sin el FMI, al menos en el inicio
Paz Pereira considera que antes de pedir créditos millonarios al Fondo Monetario Internacional, como ofrecía su adversario Jorge Quiroga, hay que “ordenar la casa”; es decir, recortar los gastos del aparato estatal y sincerar los valores del dólar, de modo que la ciudadanía conozca en cuánto puede conseguir divisas. Propone definir un solo tipo de cambio, fluctuante, con intervención del Banco Central de Bolivia solo cuando las diferencias cambiarias sean excesivas.
Una de las consignas de su campaña fue la frase “capitalismo para todos”, con la idea de que la actividad económica informal, que representa un 85 %, tenga incentivos para formalizarse y tributar. Desde su lógica, se debe facilitar la creación de empresas y acabar con lo que ha llamado “Estado tranca”, que obstaculiza en vez de incentivar la producción. Asimismo, ha prometido eliminar las restricciones para las exportaciones.
También asegura que descentralizará los ingresos tributarios, de manera que un 50 % se destine a las regiones y el restante 50 % se quede para gastos burocráticos gubernamentales. Con esta fórmula dice que mejorarán la salud y la educación.
Edman Lara, el ‘vice’ que despierta pasiones

Edman Lara (40 años) es ahora el vicepresidente. Fue policía y denunció casos de corrupción de sus superiores. Fue procesado y expulsado de la institución, tras lo cual estudió para convertirse en abogado mientras se dedicaba a la venta informal de ropa usada.
Es un exitoso tiktoker con más de medio millón de seguidores. Su desenfado al relacionarse con sus audiencias derivó en que anunciara que denunciaría a Rodrigo Paz si encontraba actos de corrupción, lo que fue interpretado como la posibilidad de que derroque a Paz si llegaban a ganar. El estratega Jaime Durán Barba, que asesoró a Tuto Quiroga, identificó en Lara al principal adversario, por lo que los mensajes de contraste lo combatieron hasta el final de la campaña. “La gente dice: ‘ya basta de preparados, quiero algo raro’. Y este policía fue algo raro en Bolivia y estamos frente a él con Tuto”, dijo Durán Barba en una entrevista con el diario Perfil de Argentina, según publica la red Erbol.
Una de las alusiones más recurrentes a Lara ha sido subrayar su parecido político con Evo Morales. No obstante, no se comprobó que hubiera algún acuerdo entre ambos líderes políticos.
El expolicía se mostró poco disciplinado durante la campaña electoral y hasta desafió a su compañero de fórmula cuando apareció con sus principales asesores, diciendo que no los conocía ni los aceptaba, y que, si Rodrigo los mantenía, lo iba a abandonar. A los pocos días el vicepresidenciable dio marcha atrás y se retractó.
Este expolicía también es identificado como quien logró la mayor conexión con los sectores populares que antes habían respaldado al Movimiento al Socialismo y que ahora constituyen un tercio del electorado.
La gobernabilidad necesaria
Rodrigo Paz Pereira tiene la primera mayoría en el Poder Legislativo, con 57 asambleístas, pero esta cifra no le alcanza para modificar leyes estructurales o intentar cambiar la Constitución. Por eso necesita establecer alianzas y, en la Asamblea Legislativa, tendrá que negociar con los representantes de la Alianza Libre, de Jorge Quiroga; de la Alianza Unidad, de Samuel Doria Medina, y del partido Súmate de Manfred Reyes Villa. Por ahora tiene el respaldo de Doria Medina y ha logrado acuerdos con parlamentarios de APB-Súmate.
En la calle, el territorio de los movimientos sociales, dice tener acuerdos con grupos corporativos y confía en alcanzar la gobernabilidad que será necesaria para aplicar medidas de ajuste que saquen a Bolivia de la crisis económica actual.El periodo de transición comienza este 20 de octubre y se cerrará el 8 de noviembre, cuando asuma la Presidencia de Bolivia.