La línea de relación con la prensa la marcaron desde el inicio del gobierno del MAS, enero de 2006: presiones, agresiones verbales, agresiones físicas, procesos judiciales, vulneración a la Ley de Imprenta, acoso permanente, acusaciones y diatribas contra el ejercicio periodístico, calumnias de prensa vendida y del imperio, coaptación de organizaciones sindicales y privilegios con determinados medios y periodistas, es decir, una relación tensa y peligrosa.
Durante estos últimos 20 años el periodismo y los periodistas han estado afrontando estos desafíos, golpes y retos no solo del poder nacional, también del poder Judicial, Policía, Legislativo, gobiernos municipales, departamentales, de la dirigencia de los movimientos sindicales y sociales. “Un triste ciclo de presidentes, ministros y autoridades gubernamentales que discriminaban y combatían al buen periodismo. De ministros y viceministros de comunicación que convirtieron a los medios estatales en medios de propaganda gubernamental. Una etapa de opacidad y no de transparencia. Un ciclo en el que destruyeron el derecho de la gente a acceder sin restricciones a la información pública”, adviritióTuffí Aré, director de Asuntos Centrales.
Pero volquemos la página, dejemos atrás estos años peligrosos y vivamos el presente para afrontar el futuro inmediato, precisamente cuando el país tendrá un nuevo Presidente, Rodrigo Paz y Vicepresidente, Edman Lara, a partir del 8 de noviembre.
Hemos recurrido a tres periodistas de referencia nacional para que nos ayuden a comprender la nueva relación que deberá tener el poder con el periodismo, y qué le pedirían a los nuevos gobernantes.
El presidente electo, Rodrigo Paz, en la reunión con los empresarios, marcó la línea: Tendremos una gran relación. Se dirigía a los periodistas que cubrían el evento. Lo que va en contramano con la campaña electoral, que estuvo marcada por el malestar del entonces candidato a la Vicepresidencia, Edman Lara, que mostró su ira hacia los periodistas y no dio entrevistas ni ofreció conferencias de prensa.
Pero es la palabra del Presidente y hay que ir marcando el terreno de juego, precisamente para evitar tantos golpes, iras y desprecio del poder hacia el ejercicio periodístico.
¿Cuál debe ser la relación del poder con el periodismo?, fue la pregunta para reflexionar y plantear:
Tuffí Aré, plantea estas acciones: No usar la pauta publicitaria del Estado para corromper a medios y periodistas.
Darle a los medios del Estado el rol que deben tener, con meritocracia en su manejo, con independencia editorial y pluralismo. Impulsar el acceso irrestricto a la información pública-Informar para todos, sin elegir “periodistas amigos o afines”. Disponer que el nuevo Gobierno responda a una constante fiscalización y vigilancia de los medios, de los periodistas y de la sociedad, sin represalias ni persecución. La tarea en el nuevo ciclo es grande.
Baldiwin Montero, director de Vision360 considera que las relaciones deben ser horizontales y equilibradas. “Es necesario eliminar los tratos de privilegio vinculados a la distribución de la publicidad, lo que bien sabemos que ha servido para neutralizar la fiscalización periodística y alimentar a una enorme cantidad de adulones, además de financiar “medios de comunicación” que en realidad son casas de campaña política. Creo, además, que las relaciones deben darse mediante una única representación gremial reconocida, que se encuentre descontaminada de objetivos políticos”.
César del Castillo, jefe de Redacción de El Deber plantea que la primera señal del poder debe ser una voluntad para el esclarecimiento absoluto de los principales casos de agresión a los periodistas. Agrega que otro cambio que se debe generar desde el poder es la transparencia. “Es evidente que el Estado no tiene la obligación de financiar a medios privados; pero lo justo y correcto es que existan mecanismos transparentes e idóneos para la asignación de la publicidad estatal, eso implica un mecanismo de asignación similar para gobierno central, alcaldías, y gobernaciones, y también empresas estatales como YPFB, Entel y otras que siempre ha sido fuente de enriquecimiento ilícito. Que se apruebe la ley de acceso a la información de acuerdo a los estándares internacionales y que rija para todas las instancias estatales”.
Las relaciones de la prensa con el poder político siempre deben ser tensas, abiertas, transparentes y de respeto. No supeditadas a presiones, chantajes ni extorsiones vía contratos millonarios de publicidad, lo que hace que al final el periodista se convierta en un vocero, marketinero, relacionador público de la autoridad gubernamental, así como hemos podido apreciar en estos últimos años: medios y periodistas al servicio del poder de turno, ahogando a la verdad, la cual la han convertido en una mercancía para ganar fama, dinero y poder.
¿Qué le plantearía al nuevo gobierno en su relación con los periodistas?
Montero: Les pediría que haya libertad absoluta de acceso a la información. Que las dependencias estatales generen mecanismos digitales para transparentar su labor. Que las autoridades se encuentren obligadas a atender las consultas de los periodistas cada cierto tiempo. Que el Gobierno, en coordinación con las instituciones del gremio, genere algunos mecanismos para frenar esta avalancha de nacimiento de medios de comunicación digitales que no lo son y que, por ello, únicamente devalúan el concepto de la labor periodística.
Del Castillo: A todos los gobernantes, de todos los niveles, hay que recordarles siempre que el periodismo no es ni puede ser servil al poder, nacional o local, Que tienen derecho a reclamar, si amerita, rectificaciones o correcciones justas; pero no pueden pretender que los medios y periodistas se mueven de acuerdo a sus intereses. Y que entiendan que la gestión transparente y abierta es su mejor credencial.
Aré: La tarea en el nuevo ciclo es grande. Solo así se garantizará lo que Rodrigo Paz ha prometido hoy: “Una gran relación”. Yo diría más bien, una relación en la que cada uno ejerza su rol. Solo así gana la democracia, gana Bolivia”.
El poder casi siempre corrompe, quiere que todos se arrodillen, y el periodista no está ajeno a ello, debe estar vacunado contra esta pandemia y no dejarse corromper, principio irrenunciable en toda relación con los poderes.
“Es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; es mejor ser Sócrates insatisfecho que un ignorante satisfecho”, nos alerta John S. Mill, en su libro El utilitarismo.
