En una conferencia de prensa este miércoles, el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo, afirmó que su colega, Freddy Vidovic, actual jefe del Ministerio de Justicia, está impedido legalmente de desempeñar ese cargo debido a una sentencia penal ejecutoriada.
Oviedo explicó que la condena, emitida en mayo de 2015 por un tribunal de La Paz, es firme, ya que Vidovic renunció a interponer una apelación restringida, lo que convirtió la sentencia en definitiva. Según el ministro, al existir ese fallo, “están conculcados los derechos ciudadanos” de Vidovic, lo que le impediría tanto postularse como mantenerse en un cargo público.
Durante la conferencia, Oviedo insistió en que la permanencia de Vidovic en el Gobierno representa un problema legal serio: “Cuando uno tiene una sentencia ejecutoriada, no puede elegir ni ser elegido, y tampoco debe ejercer responsabilidades públicas”, declaró.
Frente a estas acusaciones, el ministro de Justicia defendió su gestión y negó tener antecedentes penales. Aseguró que su nombramiento y su trabajo al frente de la cartera no son un obstáculo para la transparencia ni para el respeto a la legalidad, y que su papel en el Gobierno está comprometido con la justicia y los derechos de la ciudadanía.
Por su parte, fuentes judiciales señalaron que, según los registros oficiales, no existe una anotación que confirme condenas penales vigentes ni antecedentes que impidan el libre ejercicio de cargos públicos. Esto ha generado un choque de versiones entre las autoridades gubernamentales.
El anuncio de Oviedo ha desatado un fuerte debate político. Sectores de la oposición exigen que se investigue a fondo la situación legal de Vidovic y que, si corresponde, se proceda a su destitución. Al mismo tiempo, aliados del ministro de Justicia piden que no se socave su gestión por acusaciones que, según ellos, aún no están claramente demostradas.
En las próximas horas, el presidente del Estado deberá definir si mantiene a Vidovic en el gabinete o bien inicia un proceso formal para aclarar esta controversia. La presión mediática, política y social continúa al alza en medio de la crisis.
