Remberto Hurtado, reconocido médico cardiovascular con proyección internacional, decidió hace cuatro años dar un giro inesperado a su vida profesional: estudiar periodismo. Tras más de 30 años de experiencia en la medicina, con apariciones en CNN y conferencias internacionales, Hurtado se inscribió en la primera promoción de la carrera de periodismo de la Unifranz, compuesta inicialmente por 14 estudiantes, de los cuales siete se graduaron esta semana.
Compatibilizar la atención a sus pacientes con las exigencias académicas implicó reorganizar sus jornadas. “No sacrificio, nunca ni en medicina ni en periodismo voy a decir la palabra sacrificio, lo he hecho con mucha satisfacción”, relató Hurtado, quien combinaba sus consultas vespertinas con clases que a veces se extendían hasta la noche.
Motivado por el deseo de fusionar sus dos mundos, Hurtado se inclinó hacia el periodismo científico, convencido de que su formación como especialista cardiovascular le daba herramientas únicas para abordar la información con rigor y responsabilidad. “Estoy tomando todos los recaudos para especializarme en periodismo científico”, aseguró.
La decisión sorprendió a su familia, pero encontró apoyo en su hija mayor, Valentina: “Me dijo: ‘Papá, todo lo que te proponés lo conseguís’”, recordó Hurtado. Este respaldo fue clave para enfrentar los desafíos de volver a las aulas después de décadas.
El cierre de su formación estuvo marcado por la entrega del Premio Tiluchi, un reconocimiento ideado por los mismos estudiantes para destacar a colegas en distintas categorías, con un espíritu de “periodismo de alto vuelo”. Hurtado, ahora licenciado, celebra no solo un título más, sino la concreción de un sueño largamente acariciado, demostrando que nunca es tarde para reinventarse.
Con dos carreras y un compromiso firme con la educación y la comunicación científica, Remberto Hurtado se convierte en un ejemplo de perseverancia, pasión y constante aprendizaje.
