El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, informó que el 96,2% de los jóvenes bolivianos de entre 15 y 24 años que participan en el mercado laboral lo hace en condiciones de informalidad, de acuerdo con datos recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Durante una entrevista en el programa Asuntos Centrales, Romero explicó que este grupo etario es el más afectado por la precariedad laboral en el país y que la informalidad implica la ausencia de derechos laborales básicos, como acceso a la seguridad social, aportes para la jubilación, vacaciones, estabilidad laboral y beneficios sociales.
Según el economista, la mayoría de los jóvenes que trabajan en la informalidad percibe ingresos por debajo del salario mínimo nacional, fijado en 2.750 bolivianos, y se desempeña en actividades de subsistencia, autoempleo o contratos temporales, sin garantías laborales.
Romero señaló que esta situación no responde a un problema coyuntural, sino a factores estructurales del mercado laboral boliviano, entre ellos la baja generación de empleo formal, la desaceleración económica y la contracción de sectores productivos que tradicionalmente absorben mano de obra joven.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija indicó que la informalidad juvenil también está vinculada a los altos costos y la complejidad para formalizar empresas, lo que limita la capacidad del sector privado para generar empleo formal. Añadió que la presión tributaria y la burocracia desincentivan la contratación formal, especialmente de jóvenes sin experiencia laboral previa.
Finalmente, Romero sostuvo que revertir esta situación requiere políticas públicas de mediano y largo plazo, orientadas a la formalización del empleo, la reducción de barreras para emprendedores y la creación de oportunidades laborales sostenibles para la población joven, con la participación de los distintos niveles del Estado.
