Blooming se impuso con dos golpes letales en el clásico 199
Blooming supo aguantar y definir en los momentos precisos. Es líder de su grupo. Oriente mostró algunas luces en el primer partido al mando de "Tucho" Antelo.
Hay que saber sufrir en partidos como el clásico, porque está claro que jamás va a ser fácil. Y Blooming supo sufrir para luego festejar. Es que no solo comenzó perdiendo ante Oriente, sino que tuvo que aguantar contra las cuerdas a su rival para llevarse un 2-1 merecido, relata Mauricio Cambará de RDC.
Fueron clave las manos de Braulio Uraezaña y la picardía de Rafinha, siempre despierto, siempre participativo. El arquero en los momentos decisivos apareció en todo su esplendor, sacando remates de gol como el disparo de Roberto Díez y atrapando balones en los momentos más duros.
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El 0-1 de Jorge Hugo Rojas (25’), tras aprovechar un potente disparo de Hugo Dorrego, le dio a Oriente un merecido premio hasta ese momento, por cómo había comenzado en cancha, con dos hombres netos de punta (Riquelme y Rojas), apoyados por García y Dorrego.
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El efecto ‘Tucho’ Antelo sacudió a sus jugadores, bajos en los primeros dos duelos y frenéticos en este tercero. Bien los laterales Rodríguez y Díez, pero no supo reaccionar de inmediato cuando Richet Gómez (29’) puso el 1-1, y cuando César Menacho logró el 2-1 (38’) final.
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El mérito de Blooming fue ese, el de saber reponerse del golpe anímico y luego el de convivir muy bien con el sufrimiento para festejar en el final. En la academia fueron para aplaudir las dos estacadas de Rafinha, tras el tiro de esquina para Gómez, y tras el centro dado a Menacho.
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De ahí en más, lo de Blooming fue cortar los empellones de Riquelme y Rojas y ahí también fue importante la labor de Dénilson Durán, activo para cerrar y respaldar a Lacerda y Gómez, que soportaron gran parte del peso. Como vía de escape quedaron Arismendi, Rafinha y Menacho.
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Lo de César, que puso el 2-1 para la academia, es para aplaudir, la recuperación física y de confianza convence cada vez más a sus hinchas. Su tranco largo y su madurez para encarar a hombres como Danco García, le dieron un plus. Su definición fue perfecta.
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Los ingresos de Richard Spenhay y César Romero –por Arismendi y Rafinha- en Blooming, invitaron a Oriente a presionarlo porque estaban dispuestos a sufrir pero sin renunciar al ataque. Con Égüez y luego con el ‘Conejo’ Arce, los celestes respondieron en el tramo final.
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La victoria de Blooming le permite sumar 4 puntos y pasar a ser líder del grupo B. Pero más allá de eso, pone confianza, temperamento y efectividad en sus jugadores. Oriente, en cambio, sigue sufriendo, aunque al menos ya vio la luz al final del túnel con Tucho en el banquillo.
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Periodista: Mauricio Cambará F.
Fotos: Joel Justiniano Cambará