El exsecretario de Gobierno de la Gobernación de Santa Cruz, Vladimir Peña, advierte que el pacto del “aguilerismo” del Gobernador Mario Aguilera con el MAS será de corto plazo y le dará una efímera gobernabilidad.
En diálogo con Asuntos Centrales, Peña considera grave que el “camachismo” no haya hecho nada por fortalecer la autonomía y que dicho proceso quede en manos del MAS en la Asamblea Legislativa. Pide a Aguilera que no engañe al pueblo cruceño con el reparto de comisiones en la Asamblea Legislativa y la reforma de la Ley departamental para abrirle paso al MAS para controlar hoy 4 de 11 comisiones de la Asamblea Departamental.
Peña advierte que el proceso autonómico retrocedió con el “camachismo” y ahora queda en manos del MAS en la estratégica Comisión de Autonomías de la Asamblea Legislativa Departamental gracias al pacto con el "aguilerismo".
- Ud. señala que el “camachismo” entregó en su momento la Gobernación a Wálter Chávez, principal asesor de evo morales y, ahora, el aguilerismo entrega la Asamblea Legislativa al MAS. ¿No es el mismo pragmatismo con el que actuó el exgobernador de Rubén Costas que gobernó muy tranquilo al lado del MAS, al menos, en la primera etapa?
- Son procesos muy distintos. El periodo de Rubén Costas fue muy intenso. Recordemos que en ese momento se dio la Constituyente, el Referéndum Revocatorio y durante los mandatos de Costas, por lo que yo vi que fui un colaborador muy cercano, nunca vi un acuerdo con el MAS.
- Hubo sí una coordinación muy importante entre la Gobernación de Santa Cruz y el Gobierno del MAS pese a las diferencias ideológicas y políticas que había entre ambos. ¿Así fue?
- No lo creo así. Fueron años intensos y muy duros. Constituyente, Calancha, Caso Terrorismo, fueron parte de ese proceso. En otro tiempo, es cierto, hubo acuerdos explícitos, pero exclusivamente en términos de gestión. Uno de ellos fue que se hicieron 15 carreteras en el Departamento. Entonces la Gobernación y el Gobierno nacional llegaron a acuerdos por temas de gestión. Rubén Costas y Evo Morales se encontraron después de momentos intensos en la Casa de la Libertad en 2010. Hubo acuerdos puntuales de gestión, pero de ninguna manera fueron acuerdos políticos como el caso de Creemos y lo que estamos viviendo hoy con el aguilerismo en la Asamblea.
- ¿El “aguilerismo” es la reedición Rubén Costas por otros medios en la Gobernación y la Asamblea? ¿qué significa eso?
- Yo lo considero parte de Creemos. No veo este movimiento con un vuelo propio. Si bien frente a la fractura de Creemos, buena parte de la institucionalidad cruceña apoya a Mario Aguilera, pero más por las rencillas y disputas internas que Camacho mismo provocó con estas internas. No veo a Aguilera con el liderazgo de Rubén Costas, no veo una causa como la que tenía Rubén con la autonomía. De hecho, Rubén Costas -más allá de las diferencias que uno puede tener- está muy por arriba de Camacho y de Aguilera. Costas encabezó una gesta, cumplió con un mandato popular, logró que la autonomía se implante en el país, tuvo la determinación para hacer el paso de las prefecturas a las gobernaciones departamentales. Costas tiene un lugar en la historia, sin duda. Ahora, estos señores (Camacho y Aguilera) recibieron una Gobernación con una enorme reputación nacional y la han hundido. Toda esta crisis es precisamente por el desencuentro entre ambos sectores. La institucionalidad hoy apoya a Aguilera más por salir de la crisis que por que sea parte de un proceso político sustentado en Aguilera. Hoy no veo un liderazgo propio en Aguilera todavía. El dueño de los votos y el líder del proyecto es Camacho, les guste o no les guste a algunos. Camacho, me imagino, se va a refugiar en el lamento y en el victimismo por su situación actual, pero difícilmente Creemos esté en condiciones de recomponer un proyecto político.
- ¿Este acuerdo el “aguilerismo” con el MAS pone en riesgo el proceso autonómico tal como plantea Creemos?
- Fue un error garrafal de Mario Aguilera, aunque también es verdad que Camacho lo ha llevado al borde del precipicio porque le ha quitado los votos. Camacho está forzando a que Aguilera haga un acuerdo con el MAS, lo que no lo justifica, obviamente. Estamos ante un harakiri doble (inmolación en japonés): el extremismo y la radicalidad sin sentido ni contenido lo ha llevado a Camacho a donde está ahora, no hablo de la cárcel, sino de su proyecto político. Y, por el otro, Aguilera, con el ánimo de buscar estabilidad para su gestión se ha echado en manos del MAS. Camacho entregó la Gobernación de Wálter Chávez asesor de Evo Morales y Aguilera entrega la Asamblea para sobrevivir políticamente de la asfixia de Camacho. ¿Quién pierde?: Santa Cruz. ¿Quién gana?: el masismo. Es simbólica la entrega de la Comisión de Autonomías al MAS, el partido perseguidor de los autonomistas. Pero, ¿qué hizo Creemos en estos tres años de Gobierno por la autonomía? Camacho prometió profundizar la autonomía hacia el federalismo. Hoy la autonomía ha retrocedido por los fallos constitucionales y por desechar el Pacto Fiscal. Se quejan porque no hay recursos, pero rechazaron la propuesta. Pasaron tres años y no hay ni una sola hoja de autonomía, Pacto Fiscal, Federalismo ni cuál va a ser la hoja de ruta. Todas las banderas con las que Creemos llegó al poder se han caído. Lo que pasa hoy en la Asamblea no es algo nuevo, es la consecuencia de los errores. Este enfrentamiento entre Aguilera y Camacho se ha trasladado a la Gobernación y a la Asamblea. El proceso autonómico no solo está estancado, sino que ha ido hacia atrás. En lugar de avanzar, el camachismo va a representar un paso hacia atrás.
- La asambleísta Paola Aguirre reconoce errores e improvisaciones en Creemos. ¿Qué queda de Creemos y de su poder en Santa Cruz? ¿Es un partido que ha implosionado?
- No hay que ser fatalista. Creemos pasa por una mala hora. El liderazgo de Camacho empieza a erosionarse, pero todavía la gente tiene simpatía por él por dos elementos: la lucha por los 21 días y el hecho de estar detenido de forma abusiva por el MAS, hace que la gente le disculpe algunos errores que se han cometido. Ese apoyo no es suficiente para hacer resurgir un proyecto político. La gente está cansada y ya no quiere seguir este camino de confrontación, de meterse en callejones sin salida, de sentirse traicionados por todo el mundo. Todo el mundo complota contra ellos, pero ellos nunca se hacen cargo de lo que les toca por sus decisiones. Camacho va a demonizar a Aguilera por su acuerdo con el MAS y los va a señalar como los “pactistas” y los “traidores” para tratar de justificar ese radicalismo que no lleva a ningún lado. Quieren que Santa Cruz elija entre Aguilera y el establishment cruceño que hoy tiene acuerdos con el MAS y el radicalismo del camachismo. Me temo que el discurso del lamento y el victimismo ya no ofrece futuro a Santa Cruz. Por eso, la fuerza de Santa Cruz tendrá que encontrar cause en 2025 fuera del radicalismo y de estas formas anacrónicas de hacer política. Santa Cruz necesita modernización de su política.
- ¿Con el acuerdo con el MAS, Mario Aguilera gana gobernabilidad?
- Mario Aguilera se ha puesto en la misma situación de Johnny Fernández. Ni el MAS reconoce su alianza con UCS en el Concejo, ni Fernández reconoce su acuerdo de hecho con el MAS. Algo similar va a ocurrir en la Asamblea Legislativa. Es oxígeno para corto tiempo y para un viaje muy corto. Yo le critico al Gobernador suplente es que trate de engañar a los cruceños con esto de que se cedió 4 comisiones al MAS porque no había representantes de Creemos para asumir esos cargos. Modificaron la Ley del Legislativo para favorecer al MAS. Entonces, Aguilera no se puede hacer el desentendido. Si bien son dos poderes distintos, está claro que aquí hubo un acuerdo para modificar leyes para favorecer al MAS. Aguilera debió buscar acuerdos con los indígenas y con el propio Creemos. Echarse en manos del MAS considero que ha sido un tremendo error.