Bolivia atraviesa una de las mayores crisis inflacionarias de su historia reciente, en mayo, la inflación alcanzó el 3,65%, más del doble que en abril y la cifra más alta para ese mes en 40 años, desde la hiperinflación de los años 80. La inflación acumulada llegó a 9,81%, superando en un 31% la meta gubernamental de 7,5%.
En entrevista con el periodista Tuffí Aré, el analista económico Luis Fernando Romero explicó que “la economía boliviana muestra una tendencia cada vez más inflacionaria, con una moneda que se devalúa constantemente y una pérdida sostenida del poder adquisitivo de la población”. Romero advirtió que, si la situación sigue así, el país podría cerrar el año con una inflación entre 25% y 30%, cifra que supera ampliamente los promedios de los últimos 15 años.
Romero atribuyó la escalada inflacionaria a varios factores, entre ellos la escasez de dólares. “El 50% de la inflación se explica por la falta de divisas”, afirmó, señalando que el tipo de cambio en el mercado informal está cerca de 6 bolivianos por dólar. Esta situación incrementa el costo de las importaciones, genera problemas de abastecimiento y presiona los precios, en un contexto de demanda sostenida.
Además, mencionó que la especulación, los bloqueos sociales, los efectos del cambio climático y la escasez de carburantes agravan la situación. “Tenemos una inflación elevada, sostenida y acelerada, en un país donde la moneda vale cinco veces menos que el sol peruano”, indicó Romero, destacando que muchos productos bolivianos están siendo desplazados hacia mercados como Perú y Argentina.
Sobre las medidas urgentes, el economista fue enfático: “Los bloqueos deben levantarse. Es incomprensible que, en medio de una economía en terapia intensiva, el propio Estado permita conflictos que paralizan la producción y el comercio”.
Romero también propuso eliminar aranceles e impuestos a la importación de insumos, apoyar al sector productivo y frenar la emisión excesiva de dinero. Recordó que en 2024 el Banco Central otorgó créditos internos al sector público por casi 140 millones de bolivianos, lo que aumenta la circulación monetaria sin respaldo productivo y contribuye a la inflación.
Finalmente, advirtió que la estabilización económica requerirá al menos dos o tres años y será un desafío para el próximo gobierno que asumirá en noviembre. “Estamos como un paciente intubado en terapia intensiva, y se necesita una junta médica de los mejores profesionales para sacarlo adelante”, concluyó.