Tras una espera de tres días en largas filas para cargar diésel, los choferes de micros en Santa Cruz lograron abastecerse con una dotación limitada que les permite operar solo al 50% de su capacidad habitual. Segundo Ricalde, secretario de Transporte Urbano, explicó que, debido a la escasez de combustible, solo la mitad de las unidades a gas están activas, mientras que la otra mitad permanece en cola para recibir más diésel.
La situación generó momentos de tensión, incluyendo bloqueos que motivaron la intervención policial. Sin embargo, gracias a una entrega de 30 mil litros, los micros pudieron reanudar sus recorridos y esperan normalizar el servicio en las próximas horas.
Para hacer frente a la crisis, el transporte urbano ha priorizado la atención en horarios pico —de 7:30 a 8:30 de la mañana y de 11:30 a 13:00 horas— y en barrios periféricos, donde el acceso a taxis es limitado y los costos son más altos. Ricalde destacó que se está trabajando solidariamente para apoyar a las zonas más afectadas mientras se estabiliza la provisión de combustible.
El secretario hizo un llamado a las autoridades locales y al Comité Cívico para que colaboren en la solución de la crisis, subrayando que sin diésel no es posible mantener el servicio, afectando tanto al transporte público como al sector agropecuario.