Con la llegada del Año Nuevo 2026, miles de personas se preparan para despedir el año repitiendo rituales y cábalas que forman parte de la cultura popular en distintos países. Aunque no tienen base científica, estas prácticas siguen vigentes por su valor simbólico y por la esperanza que generan en torno al amor, la salud, el dinero y los nuevos comienzos.
Una de las tradiciones más extendidas en España y América Latina es comer 12 uvas a la medianoche, una por cada campanada del reloj, como símbolo de buenos deseos para cada mes del año. Esta costumbre se remonta a finales del siglo XIX y se mantiene como una de las más populares para iniciar el nuevo ciclo con optimismo.
Otra cábala muy común es usar ropa interior de determinados colores, dependiendo de lo que se quiera atraer en el año entrante. El rojo suele asociarse al amor y la pasión; el amarillo o dorado, a la prosperidad y el dinero; y el verde, a la salud y el equilibrio. En muchos casos, la prenda debe ser nueva y colocarse justo a la medianoche.
Entre los rituales más llamativos está salir a correr con una maleta apenas comienza el nuevo año, una práctica que simboliza el deseo de viajar más durante 2026. Esta tradición es habitual en varios países de la región y suele repetirse entre risas y festejos familiares.
También se repiten otras cábalas como guardar dinero en los bolsillos o en los zapatos, comer lentejas, asociadas a la abundancia, o hacer una limpieza previa del hogar, para dejar atrás las malas energías del año que termina y abrir paso a nuevas oportunidades.
A nivel internacional, existen rituales similares con el mismo objetivo: atraer la buena suerte. En algunos países se da el primer paso del año con el pie derecho, mientras que en otros se considera importante quién es la primera persona que entra a la casa tras la medianoche.
Especialistas en cultura popular coinciden en que el valor de estas prácticas no está en su eficacia real, sino en la intención colectiva, la tradición familiar y el mensaje positivo con el que se inicia el año. Para muchos, repetir estas cábalas es una forma de cerrar ciclos, renovar esperanzas y proyectar deseos para el 2026.

