Decenas de heridos y detenidos es el saldo de un fin de semana con alta tensión por violentos choques entre sectores de extrema derecha y la Policía tres días después del atentado contra un centro preescolar en Southport que dejó cuatro niños muertos por el ataque con cuchillo de un joven de 17 años.
Graves incidentes se desataron desde el viernes en Liverpool, Rotherdam y Stratford. Varios policías resultaron gravemente heridos frente al Hotel Holiday Inn Express donde supuestamente están alojados migrantes musulmanes.
Encapuchados lanzaron piedras y palos contra las instalaciones de hotel que tuvo que ser completamente evacuado por los actos de vandalismo que protagonizaron militantes de la extrema derecha portando banderas de Gran Bretaña.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, advirtió que el Gobierno británico caerá con todo el peso de la ley contra todas las personas que protagonizaron los hechos de violencia en varios puntos de Inglaterra.
“Haremos todo lo posible para llevar ante la Justicia a todos los que hayan violado la ley con hechos de violencia. Vamos a garantizar la seguridad en las calles de todos los ciudadanos británicos”, dijo Starmer.
El primer ministro añadió: “Les garantizo que se van a arrepentir de haber formado parte del desorden”.
“Esta no es una protesta, es algo organizado, es un acto de matonaje que no vamos a permitir y que será permitido en las calles de Gran Bretaña”, alertó Starmer.
El exministro Rishi Sunak condenó los violentos estallidos desatados en Inglaterra y en Irlanda del Norte, señalado que “no tienen nada que ver” con los crímenes de Southport.
El líder del Partido Conservador afirmó: “Las terribles imágenes que hemos visto ese fin de semana en las calles de Gran Bretaña no tienen nada que ver con los crímenes de Southport. Esta violencia no puede tener lugar en nuestra sociedad”.
“La Policía tiene todo nuestro respaldo para enfrentar a estos criminales a los que se debe juzgar con todo el peso de la ley”, destacó.
Algunos medios han identificado hasta treinta manifestaciones de extrema derecha planificadas para este fin de semana en el país.
Las tensiones empezaron después de que un joven de 17 años, Axel Rudakubana, nacido en Gales de padres ruandeses, entrase el 29 de julio en un centro recreativo de Southport donde había un taller de música con temática de Taylor Swift y mató a tres niñas en tanto que otros ocho menores y dos adultos resultaron heridos.
Según la Policía, anoche algunos agentes del orden resultaron heridos en Liverpool, donde los manifestantes arrojaron ladrillos y botellas a los policías, pero los disturbios continuaron de madrugada y una biblioteca fue incendiada en el barrio de Walton.
En Bristol, oeste de Inglaterra, un grupo gritaba "Inglaterra hasta que muera" y "queremos que nos devuelvan nuestro país".
Los incidentes violentos empezaron en Southport el martes por la noche, donde los manifestantes atacaron a la policía y prendieron fuego a un vehículo después del ataque en el centro recreativo.
Los grupos se volvieron violentos tras la difusión de información falsa a través de las redes sociales que indicaban que el sospechoso era un solicitante de asilo que había entrado en el país en una patera a través del Canal de la Mancha el año pasado.
La ministra británica de Interior, Yvette Cooper, advirtió este sábado a los manifestantes de extrema derecha de que "pagarán" por la violencia en las calles y que la Policía tiene el respaldo del Gobierno para tomar las medidas que sean necesarias.
"El vandalismo no tiene cabida en las calles" y "no podemos tolerar este tipo de violencia o desorden criminal en nuestras calles", afirmó Cooper en una declaración televisada, después de que las protestas se extendieran por varias ciudades.
En algunas ciudades donde también hubo protestas la situación transcurrió sin incidentes.