Ayer Bolivia dio un paso que era inevitable. El ajuste se hizo. No fue una decisión sencilla ni
popular, pero sí necesaria. Cuando los desequilibrios se prolongan demasiado, el margen de
maniobra desaparece y las decisiones dejan de ser opcionales. No es una decisión ideológica, es
aritmética
A partir de ahora, el foco ya no debe estar en el debate ideológico, sino en cómo administrar bien
la transición, minimizando costos sociales y sentando las bases de una recuperación sostenible.
1. Ajuste con colchón social
El primer desafío es social. Cerca del 80% de la economía boliviana es informal, y es allí donde
el impacto del ajuste se siente con mayor fuerza.
Para que el proceso sea sostenible, es clave que parte de los ahorros generados se destinen a:
• Un bono temporal y focalizado, dirigido a los hogares más afectados.
• Un programa de empleo masivo, que permita amortiguar el golpe mientras la economía
se reordena.
2. Consolidación fiscal: eficiencia y priorización del gasto
El ordenamiento fiscal no se agota en la eliminación de subsidios. El siguiente paso natural es
avanzar hacia una mejor calidad del gasto público, priorizando eficiencia, impacto y
sostenibilidad. El presupuesto general del estado (PGE) de 2026 tiene que ser reformulado para
adecuarse a esta realidad.
Esto implica:
• Reordenar y focalizar programas.
• Mejorar la eficiencia del gasto corriente.
• Priorizar inversión pública con alto retorno económico y social.
Reducir el déficit fiscal de manera ordenada y responsable fortalece la credibilidad, reduce
presiones futuras y crea espacio para el crecimiento.
3. Política monetaria: consistencia y credibilidad
El frente monetario es clave. El Banco Central debe avanzar de manera clara en:
• Reducir la emisión de dinero.
• Elevar gradualmente las tasas de interés, aun sabiendo que el impacto inicial será
contractivo.
Estas medidas no buscan frenar la economía, sino restablecer credibilidad, contener presiones
inflacionarias y evitar distorsiones mayores en el futuro.
4. El rol del FMI en la nueva etapa
En este nuevo escenario, resulta imperativo avanzar hacia un programa con el FMI. No como un
fin en sí mismo, sino como una herramienta técnica para:
• Asegurar acceso a dólares.
• Ordenar el tipo de cambio.
• Evitar que una eventual corrección cambiaria se convierta en otra fuente de inflación.
Abordar este paso con pragmatismo y sin dogmatismos será clave para estabilizar expectativas.
5. El impacto económico: anticiparse es clave
El ajuste tendrá efectos reales sobre el poder adquisitivo. Es razonable esperar una contracción
de la demanda y presión sobre los márgenes empresariales.
Cuanto más rápido se logre estabilizar la macro, menor será el costo total y más corto el período
de transición.
6. La agenda empresarial: eficiencia como plataforma de crecimiento
Para las empresas, el mensaje es claro: entramos en una etapa donde la ventaja competitiva estará
en la calidad de la ejecución. Los procesos de ajuste no solo corrigen desequilibrios; también
reordenan mercados, liberan espacio competitivo y crean oportunidades para quienes están
preparados para actuar.
Será indispensable trabajar con foco en:
• Eficiencia operativa, para competir mejor y ganar escala.
• Optimización de costos estructurales, liberando recursos para reinvertir.
• Revisión estratégica de procesos, portafolios y decisiones de inversión, priorizando
crecimiento rentable y sostenido.
En contextos como este, no crecen los más grandes por inercia, sino los más disciplinados, ágiles
y estratégicos, capaces de transformar un entorno desafiante en una plataforma para el
crecimiento.
Reflexión final
Los ajustes no se miden solo por el anuncio, sino por cómo se gestionan después. Requieren
liderazgo, consistencia y una hoja de ruta clara.
En ese sentido, que el ajuste se haya encarado y comunicado con franqueza, como lo hizo
Rodrigo Paz al asumir el costo político de decir lo que había que hacer, es un punto de partida
relevante y no menor. A partir de ahora, el desafío es ejecutar bien, proteger a los más
vulnerables y acompañar al sector productivo en esta transición. Para que este esfuerzo tenga
éxito, será indispensable que todos asumamos nuestra parte, con responsabilidad, solidaridad
social y una mirada puesta en el largo plazo.
