El estudio revela la conducta de la ciudadanía que evalúa la reputación de los líderes políticos, destacando la importancia de la credibilidad, la trayectoria y el contacto con la gente de cara a las elecciones del próximo 17 de agosto
Social Listening | Plataforma de IA Datacivis
Si las elecciones fueran hoy, el resultado de este informe sería diferente. Pero con la mira puesta el 17 de agosto y este estudio de días pasados recientes da para un ensayo lúdico y medir la temperatura de las redes sociales. Precisamente las plataformas consultadas fueron Facebook, TikTok, Instagram y web en un trabajo de análisis de un total de páginas/perfiles y comentarios analizados de 1.112 representaciones en tres departamentos (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz). En un contexto marcado por el desgaste del oficialismo y la polarización del electorado, este estudio de reputación política en redes sociales y medios tradicionales posiciona a Samuel Doria Medina y Jorge ‘Tuto’ Quiroga como las figuras con mejor imagen pública en el país. A pesar de su intento fallido de unidad, ambos candidatos presidenciales disputan las simpatías en el electorado. No está demás decir que ambos capitalizan el creciente descontento ciudadano hacia el gobierno de Luis Arce y el MAS, así como la crisis de credibilidad que arrastra Evo Morales tras su inhabilitación. Doria Medina es percibido como el rostro de la renovación, con un fuerte respaldo entre los jóvenes y una narrativa enfocada en la transparencia y la reactivación económica. En tanto, Quiroga se consolida como una voz influyente desde Santa Cruz, apelando a la defensa democrática y al desarrollo regional.
Según el análisis, el 70% de las menciones a Jorge Tuto Quiroga y el 65% a Samuel Doria Medina fueron positivas, mientras Evo Morales concentra un 65% de comentarios negativos, asociados a enojo, frustración y desconfianza. El informe también revela que el electorado exige un cambio real, liderazgos más cercanos y propuestas sólidas frente a la corrupción y la crisis económica.
En estos tiempos por supuesto que el efecto emocional cuenta: Doria Medina pareciera generar confianza y esperanza; Tuto Quiroga, optimismo y arraigo. La batalla electoral de 2025 se configura, así como un duelo entre lo nuevo que quiere consolidarse y lo viejo que se resiste a desaparecer. Doria Medina, empresario y político de larga data, se ha reinventado como símbolo de la transparencia y el pragmatismo. Sus discursos hacen hincapié en lo económico, lo técnico y el pragmatismo resuenan entre los jóvenes que buscan futuro en un país atrapado entre nostalgias y frustraciones. Tuto Quiroga, por su parte, ha reconectado con Santa Cruz, su nuevo bastión, desde donde reivindica una Bolivia democrática y descentralizada. Es, para muchos, la voz firme del oriente frente al caos y la burocracia. Del otro lado, el relato se erosiona. Evo Morales, una vez mito, enfrenta un 65% de menciones negativas. La desilusión pesa más que la memoria. Andrónico Rodríguez, el heredero que no logra conectar con las masas, arrastra desconfianza ante tanto silencio y hasta ambigüedad. El presidente Luis Arce, desgastado por el poder y la crisis económica, cae en la irrelevancia emocional: no genera amor, ni odio, solo cansancio.
Las elecciones de 2025 ya no serán solo una contienda entre partidos, sino una batalla por la emoción colectiva. El voto se vuelve sensorial. Las cifras lo confirman: los candidatos con mejor imagen son los que logran resonar emocionalmente con el electorado. Y hoy, el pueblo boliviano no pide revoluciones ni retornos triunfales, sino líderes que lo escuchen, que se parezcan más a la solución que al problema.
Con una ciudadanía más crítica y conectada, la narrativa ya no es ideológica, sino emocional, sobre todo en las nuevas generaciones.