El ‘Buen Samaritano’ cambia la vida de las personas en situación de calle en Bolivia

El ‘Buen Samaritano’ cambia la vida de las personas en situación de calle en Bolivia

Gabriel Romano Burgoa - Agencia EFE

Cientos de personas en situación de calle en Bolivia participaron este viernes en la campaña del ‘Buen Samaritano’, organizada por una iglesia evangélica con la finalidad de brindar a este sector de la población aseo, alimentación, atención médica y apoyo espiritual durante las festividades de fin de año.

La campaña, que se realiza en una de las principales avenidas de La Paz, comenzó a las seis de la mañana y termina hasta que se atiende a la última persona que llega para pedir alimento, ropa o aseo personal.

“Los bañamos, se les da ropa nueva, luego entran (con) los peluqueros, se les da un plato de comida y después son administrados espiritualmente”, relató a EFE el pastor Efraín Alarcón.

El religioso emprendió la campaña hace más de dos décadas después de un encuentro que tuvo con un grupo de personas de la calle que intentaban refugiarse de la lluvia, algo que sirvió para dar la identidad a la labor de ayuda que desde entonces realiza.

Alarcón dijo que con el paso del tiempo el ‘Buen Samaritano’ se transformó en una “institución” de la ciudad en la época de fin de año, puesto que en esta campaña trabajan al menos 200 miembros de la iglesia ‘Monte de Oración’ y varios voluntarios, que ayudan a más de 1.500 personas.

Esta jornada de solidaridad está antecedida por un extenso trabajo previo que consiste, primero, en localizar a las personas en situación de indigencia que deambulan en más de 600 grupos en la ciudad de La Paz y El Alto, para después organizar un registro.

Las comisiones de voluntarios se organizan con personas encargadas de la ropería para varones, mujeres y niños, quienes están a cargo de la restauración, porque no toda la ropa donada está en buen estado, además de los responsables de la cocina.

El paso siguiente es invitar a las personas a asistir a la jornada de ayuda para que se sometan voluntariamente a una “transformación” física y, si así lo desean, también espiritual.

El pastor afirmó que las personas que llegan a la campaña se “quebrantan” pese a que la calle les hizo personas “agresivas” y que algunos de ellos logran “un cambio”.

Testimonios de la solidaridad

Julio, de unos 40 años, dijo a EFE que asiste a la campaña desde hace 15 años y que recibir un “platito de comida” para él y para su pareja es un “verdadero regalo de Dios”.

Este hombre se dedica a la venta de caramelos y a limpiar los vidrios de los vehículos en las esquinas de las calles, no tiene casa, y considera que lo “más difícil” llega en las noches cuando “hay que luchar contra el frío, la lluvia y no hay comida”.

Germany de 45 años contó a EFE que vive en la calle desde que tenía 10 y se lamentó porque durante todo ese tiempo ha convivido con distintos grupos de personas de su misma condición, de los cuales muchos han fallecido por las precarias condiciones de vida.

Habla con visible dolor cuando se refiere a su vida en la calle y al estigma de “delincuentes” que recae sobre ellos y acusa a algunos “malos policías” porque muchas veces roban el dinero de las personas que piden limosna.

Mientras que Martín, dedicado a la venta de caramelos y que también es voceador, con casi 50 años, muestra su felicidad por haber recibido un cambio en su aspecto, con ropa que dijo le durará “hasta un año”.

La campaña del ‘Buen Samaritano’ es una de las más importantes y masivas que fusionan la asistencia social con la fe religiosa, misma que hace unos años compartía esa labor con otras actividades masivas que dejaron de existir, dirigidas por los fallecidos sacerdotes católicos Eduardo Pérez Iribarne, en La Paz, y Sebastián Obermayer, en El Alto.

Gabriel Romano Burgoa

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