Los recursos naturales, sin extraerlos y llevarlos al mercado, no tienen ningún valor para los países y las sociedades que los poseen. Para sacarlos al mercado se necesita capital y tecnología. Estas tecnologías se desarrollan normalmente en empresas internacionales que invierten recursos económicos para realizar investigación científica en laboratorios y luego hacer pruebas piloto y llevarlas a escala para hacerlas rentables con la extracción del recurso natural y ganar plata. Así nomás es.
Pero en Bolivia, las universidades, las empresas y sus instituciones (como en casi toda América Latina) no hacen esta labor de investigación y desarrollo científico y, por lo tanto, se requiere recurrir al mundo desarrollado a buscar empresas con esas tecnologías. Durante casi tres décadas los intentos bolivianos han sido fallidos tratando de extraer el litio para que genere riqueza y bienestar. Es decir, buscar empresas que puedan extraer en forma competitiva el litio boliviano y llevarlo al mercado de manera que genere valor para el país y también para que las empresas traigan e inviertan capital de riesgo.
En todo este tiempo, nos hemos despachado a la LITHCO hace ya un par de décadas. Ahí entraron todos los nacionalistas a criticar la entrega del litio a una multinacional y a defender los recursos naturales. Lo único que logramos es perder la fe en el Estado y generar pérdidas enormes en un arbitraje internacional. Primer fracaso del nacionalismo.
Luego llegó el gobierno del MAS, con su nacionalismo a flor de piel. Quiso hacer la extracción del litio con la estatal Yacimientos del Litio Boliviano (YLB). Lo quiso realizar con contratos millonarios con empresas extranjeras multinacionales que construyeron piscinas y plantas para extraer el carbonato de litio. Gran fracaso del estatismo del MAS donde se pulverizaron cerca de 1.000 MMUSD de la plata de los bolivianos y se las regalamos a las empresas extranjeras que contrató YLB. Otro fracaso del nacionalismo. Con el ojo en tinta, el gobierno del MAS intenta nuevamente poder extraer el litio, pero esta vez a través de dos empresas multinacionales, una rusa y otra china con tecnología EDL. Como lo intenta hacer a pocos meses de dejar el gobierno, generando dudas y sospechas, y donde los nacionalistas afloran nuevamente. No se logra la aprobación congresal y los contratos tampoco se aprueban. Tercer fracaso del nacionalismo.
Ahora los candidatos en carrera buscan sentarse en la silla del poder. Entre ellos se están dando de manotazos acusándose de entregar el litio a las transnacionales con tecnología. Resulta que todos son nacionalistas y todos cuidan los recursos naturales y el litio de los bolivianos. ¡Qué fantoches! Ellos saben que, cuando lleguen a la silla presidencial, tendrán que negociar con alguna perversa transnacional que tengan tecnología y quiera invertir en un país que solo da reveses. Si no hacen eso, el litio quedará durmiendo el sueño de los justos bajo el subsuelo por otras varias décadas. Pobre mi país Bolivia con sus recursos naturales y su politiquería nacionalista.