Asunción/Washington, 27 jun (EFE).- Estados Unidos condenó este jueves "cualquier intento de subvertir el orden constitucional" en Bolivia y consideró que los acontecimientos de las últimas 24 horas muestran que la democracia sigue siendo "frágil" en el continente americano.
Estas declaraciones las realizó el subsecretario de Estado de EE.UU. para Gestión y Recursos, Richard R. Verma, durante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Paraguay y representan la primera condena explícita de Washington a lo ocurrido en Bolivia.
"Condenamos enérgicamente el despliegue ilegal de unidades del Ejército en Bolivia, así como cualquier intento de subvertir el orden constitucional", afirmó Verma, quien forma parte de la delegación estadounidense en la Asamblea General de la OEA, el foro más importante del organismo.
Verma se refirió precisamente a la importancia de la OEA como organismo y consideró que "los acontecimientos de las últimas 24 horas en Bolivia dejan claro que la democracia sigue siendo frágil en el hemisferio".
"Debemos trabajar juntos, en línea con la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, para proteger las instituciones democráticas de nuestros países", añadió Verma, quien consideró que aunque los países de la región enfrentan "desafíos" también hay muchas razones para la "esperanza".
Esta es la primera condena de Washington a los acontecimientos, después de que ayer adoptara una postura prudente. No hubo declaraciones públicas y solo una portavoz de la Casa Blanca dijo a EFE en una breve declaración escrita: "Estados Unidos está siguiendo de cerca la situación en Bolivia e insta a la calma y moderación".
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue preguntada este jueves sobre la crisis en Bolivia. "Nos alegra que se haya restaurado la calma, y lo dejaré ahí", respondió en declaraciones a periodistas que viajan a bordo del Air Force One.
El miércoles por la tarde, tropas leales al ahora excomandante general del Ejército boliviano Juan José Zuñiga rodearon la sede del Poder Ejecutivo en La Paz en un intento por cambiar el gabinete.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, quien llegó a encararse con Zuñiga en la entrada del edificio, denunció que se trataba de un "acto ostensiblemente violento y contrario al orden constitucional" y llamó al pueblo boliviano a movilizarse en favor de la democracia.
Tras el intento de golpe, el mandatario del país andino nombró nuevos comandantes del Ejército, quienes llamaron a las tropas a volver a los cuarteles, orden que fue cumplida.
Zuñiga fue detenido y acusó a Arce de haber planeado un autogolpe para aumentar su popularidad.