El exgeneral Juan José Zúñiga, actualmente detenido preventivamente en la cárcel de El Abra, exige un examen toxicológico tras declarar que sospecha haber sido drogado el 26 de junio, día clave en la asonada militar en la que participó. Zúñiga afirmó que ese día experimentó comportamientos inusuales, incluyendo agresiones verbales hacia sus subalternos, algo que lo llevó a "desconocerse a sí mismo".
Según los documentos de la investigación, Zúñiga relató que, como era costumbre, un ayudante le ofreció un vaso de agua caliente para aliviar su malestar emocional, ya que se encontraba abatido por su inminente destitución como Comandante del Ejército. Sin embargo, después de consumir el agua, aseguró que comenzó a sentirse diferente y su comportamiento cambió drásticamente durante un acto protocolar de cambio de armas en el Estado Mayor. "Yo mismo me desconozco", habría expresado el exgeneral, al describir la forma en que trató a su equipo esa mañana.
Posteriormente, Zúñiga encabezó la ocupación de la plaza Murillo, uno de los eventos más críticos de la jornada. Convencido de que su extraño comportamiento pudo haber sido inducido por alguna sustancia, el excomandante solicitó un examen toxicológico, aunque inicialmente fue negado por el tiempo transcurrido. Ahora, insiste en someterse a una prueba capilar que podría detectar rastros de drogas incluso semanas después de los hechos.
Zúñiga se encuentra en prisión preventiva mientras continúa la investigación sobre su rol en los sucesos del 26 de junio, cuando se lo acusa de haber liderado acciones de insubordinación militar que derivaron en la crisis institucional de ese día.
Con datos extraídos de ERBOL