-¿Usted sabe cuánto de analfabetismo digital hay en Bolivia?
Sí, lo sabemos. Tenemos una penetración digital alta, pero también en el área rural más de un 66% de las personas no tienen acceso a internet y no tienen un smartphone. Con la digitalización no es que vos quitás lo físico, pero mucha gente va a poder acceder a muchos servicios sin ir al lugar, para que los lugares físicos sigan funcionando, pero estén más vacíos. Eso pasa con la banca, con todo.
-¿Cómo se gobierna digitalmente una Asamblea que no logra el quórum?
Primero hay que cambiar los estatutos. Hay que cambiar absolutamente todo. Entiendo que hay muchas críticas, yo entiendo que hay mucho escepticismo. Pero a ver, ¿cómo estamos funcionando ahora? Es que no funciona Juan Pablo Velasco absolutamente nada. Son cambios generacionales. No va a ser fácil, va a haber mucho consenso.
-¿Cómo se construye el consenso desde un rol tan polarizador como el que va a tener que asumir, si llega a ser vicepresidente?
No va a ser fácil. La oposición democrática actual va a tener mayoría en la asamblea. El consenso no es opcional. Tenemos que hablar, dialogar, reunirnos. Tenemos el presupuesto general del Estado del 2026, que tiene que ser aprobado hasta el 31 de diciembre. Y es un presupuesto que hay que cortarle un 25%. Hacer el plan de salvataje económico. Todo es para salir de la crisis. Estoy seguro que la oposición y también la gente que está ahorita en el Estado, porque tenemos más de 500 (sic) funcionarios públicos y el actual partido tiene muy baja aceptación. Porque todo el mundo la está pasando mal. Siempre y cuando sea por el bien común, el consenso va a llegar.
-Usted afirma que todo está podrido y que una propuesta es cambiar prácticamente todo. ¿No cree que este tipo de afirmaciones más que convocar al diálogo va a dinamitar todavía más la posibilidad de construir puentes de diálogo en la Asamblea?
Todo está mal y es real. Miren la situación que tenemos como país. Y hay que cambiar todo. No va a ser fácil. Pero nada importante en la vida llega sin sufrimiento, sin sacrificio, sin mucho trabajo y, por supuesto, pasando momentos incómodos.
-Pero el disenso es parte de la democracia. Entonces, ¿cuál es su plan B?
Para lograr cambiar algunas cosas, necesitan mayorías simples o mayorías absolutas. Y ya cambios más de reformas, más de fondo, son por dos tercios. No vamos a salir de esta crisis si no tenemos una inyección de capitales extranjeros. La posición a veces puede sonar un poco radical. Sería radical no decirle a la gente la verdad. Y es tratar de ir con frases políticas que le caen bien a todo el mundo, frases de centro. Aquí lo que importa es que tenemos que sacar a Bolivia de la crisis. Somos bastante complementarios en el binomio que tenemos. Ustedes conocen muy bien a Tuto Quiroga. Vengo con una visión diferente, de futuro. Somos un país joven. Tenemos una edad media de 26 años. Soy el único candidato a vicepresidente, que nunca he sido viceministro, ministro, militante de un partido, funcionario público, nunca he sido candidato a nada, ni a diputado, ni a senador. Eso es renovación.
-¿Y no cree que tendría que haber dado otros pasos previos y llegar a una candidatura tan grande como la de la vicepresidencia para conocer más el manejo de la cosa pública?
No. Creo que la política necesita gente con menos experiencia política, sí con experiencia en tecnología, innovación, agricultura, minería, salud, educación y gente con menos experiencia política. La política es muy importante e influye mucho en nuestras vidas como para dejársela solamente a los políticos.
-¿Qué diferencia hay entre la gobernabilidad digital y el populismo digital?
Estamos en redes sociales detrás de los bots que no tienen nombre y apellido. Eso es populismo. Populismo es comprar una granja de bots para que comenten mal en los videos que puede hacer un candidato. Nosotros queremos pasar de una gobernabilidad representativa a una gobernabilidad participativa. Es una reforma constitucional. Por supuesto que no va a ser fácil, pero se puede.
-¿Habla alguna lengua alternativa originaria?
No originaria, pero sí he pasado clases de Guaraní. Hablo fluidamente el español y el inglés.
-¿Hizo el servicio militar?
Tengo la libreta de redención que está aprobada por la Constitución y tengo los requisitos para ser funcionario público.
-¿La redención es que no lo pudo hacer por alguna situación?
Fui a vivir afuera de Bolivia a los 17 años.
-¿Sabe cuánto cuesta el kilo de azúcar en Bolivia?
Depende, ¿no? Depende de la ciudad, depende si hay bloqueo o no. 5 bolivianos, 7 bolivianos…
-¿Va al mercado, Juan Pablo, usted?
No, no voy al mercado. Uso aplicaciones, uso Pedidos Ya de Amarket.
-¿Está cómodo en esta carrera electoral?
Estamos muy contentos. Por supuesto, teníamos una vida cómoda. Y estoy dejando todo lo que tengo. Este rol es el más importante de mi vida. Estoy aprendiendo del mejor que es Tuto Quiroga. Estoy muy orgulloso que a mis 38 años pudo convertirme en vicepresidente de Bolivia. Y estoy muy contento de todo. Por supuesto que hay malos ratos, la familia sufre cuando se meten con temas personales, eso sí pesa, pero a mí no me molesta, a mí no me duele, tengo un escudo personal que toda la guerra sucia no me entra, pero sí cuando veo a mi familia sufrir, ahí sí me cae, pero bueno, es parte del reto que hemos aceptado. Aquí estamos firmes con un objetivo claro, sacar a Bolivia adelante.
Perfil
Nació en Santa Cruz de la Sierra el 9 de abril de 1987. Estudió administración de empresas en Buenos Aires. Trabajó en Huawei, Chevron. En Bolivia cofundó Netcomidas.com. Dirigió Pedidos Ya. En 2022 desarrolló Yango en Bolivia. Ingresa a la política por primera vez como candidato a vicepresidente de Alianza Libre.

