En un tablero de ajedrez cada movimiento debe ser calculado, el jugador debe tener claro qué implica mover una ficha, ¿cuáles son los riesgos?, ¿cuáles son las oportunidades?, ¿vale la pena tumbar un peón y luego perder una torre? El jugador de ajedrez, como el estratega político, debe tener un panorama claro de las implicancias de sus acciones, debe saber cómo sus movimientos afectan todo el tablero y que el otro jugador puede aprovechar hasta el mínimo error para lanzar una contraofensiva.
Marcelo Claure es el empresario boliviano más influyente en el mundo, y también ha decidido convertirse en un referente de la política nacional.
En el pasado Claure, había visitado a Evo Morales, destacando, desde su punto de vista, el rol histórico que tuvo el MAS en el país, pero sus comentarios políticos siempre fueron esporádicos y su perfil público en Bolivia estaba más vinculado a la presidencia del Club Bolívar.
Desde hace poco más de un año, solo desde su cuenta en X, sin necesidad de estar en Bolivia, ni tener inversiones empresariales importantes en su tierra natal, Marcelo Claure se convirtió en un factor de poder, una voz influyente que tuvo la capacidad de llevar a la oposición en pleno a Boston, para diagnosticar desde USA la situación de Bolivia.
Marcelo Claure, desde su cuenta en X mostró toda una campaña para generar un candidato único de la oposición en Bolivia, presentó encuestas que buscaban “analizar” cuál es el candidato mejor posicionado, ante el riesgo de que la fragmentación opositora permita que el MAS reproduzca el poder.
En esos interines de tiempo, Marcelo Claure, fue blanco de dos críticas fundamentales; una primera por sus comentarios positivos hacia el liderazgo del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, a quien dijo que le tiene fe y que compartió con él mucho en los últimos tres años.
El segundo ataque sistemático a la intervención de Claure en la vida política del país fue el de su vinculación con empresas vinculadas a la extracción y producción en base al litio, en un país que tiene unas de las reservas más importantes del mundo de este recurso natural, planteando dudas, desde actores políticos, sobre cuáles son sus verdaderas intenciones en la incursión en la arena política.
En ese contexto, haciendo una aproximación basada en distintos estudios de opinión pública, en el actual contexto electoral, se ha producido un fenómeno, el voto de izquierda ha reducido de cerca de un 35% en los últimos 20 años a un 20% de preferencia electoral, del cual hay un importante segmento que está vinculado al evismo. El voto radical de oposición al MAS ha crecido de un 30% en las elecciones de los últimos 20 años a alrededor de un 40%.
Finalmente el voto de centro ocupa alrededor de un 40% del electorado y tiene las siguientes características particulares: en su mayoría votó antes por el MAS; se decepcionó por el abuso de poder y la corrupción del masismo; no quiere el retorno de Evo; no está en contra del Estado Plurinacional y la inclusión social, tiene un alto sentimiento nacionalista; su identificación no es necesariamente partidaria; cree que es necesario un cambio de modelo económico, socialmente es la clase media – baja; está en las zonas metropolitanas del país y rurales del país y su preocupación central es la crisis económica.
La hipótesis que se plantea es que tanto el voto masista, como el antimasista ya tiene definido su voto en su gran mayoría, y el voto que hoy es parte de los indecisos y blancos fundamentalmente es el que está en disputa y quien logre conquistarlo en mayor medida logrará entrar a segunda vuelta y posiblemente ganar la elección.
Marcelo Claure representa un perfil empresarial y político mucho más agradable y cercano al voto antimasista, y ello significa que su alianza no va a pesar mucho en el segmento que ya tiene su votación definida. Más al contrario, las dudas sobre la intervención de Claure en política en el voto de centro pueden generar un alejamiento de ese votante que hoy está en disputa.
La cantidad de apariciones que tenga Claure en la campaña, la línea discursiva que maneje será fundamental para que su presencia pueda ayudar a consolidar una preferencia de voto opositor y llegar al centro, o por el contrario si juega mal sus fichas en el tablero de ajedrez podrá convertirse en una amenaza para que su apoyo pueda restar en el votante de centro. Solo el tiempo y las jugadas estratégicas que ejecuten dirán cuál fue su influencia en el tablero electoral.