La inflación de marzo marca récord en 40 años y golpea el bolsillo de los bolivianos

La inflación de marzo marca récord en 40 años y golpea el bolsillo de los bolivianos

Por: Luis Fernando Romero Torrejón Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija

La inflación en Bolivia alcanzó en marzo de 2025 un 1,71%, la cifra más alta registrada para ese mes en los últimos 40 años, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este incremento, tras una leve pausa en febrero, representa una aceleración preocupante del ritmo inflacionario que afecta directamente a la economía de los hogares bolivianos.

Con este aumento, la inflación acumulada del primer trimestre llegó al 5%, superando con creces los niveles observados entre 2015 y 2023. Además, esta cifra ya representa el 67% de la meta inflacionaria proyectada por el Gobierno para todo el 2025, fijada en 7,5%.

El análisis del comportamiento interanual (últimos 12 meses) muestra una inflación del 14,63%, la más alta desde 1992. Este repunte se explica, en gran parte, por la escasez de dólares en la economía nacional, lo que ha elevado los costos de importación y producción, trasladando ese impacto directamente a los precios al consumidor.

La división de “Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” mostró un incremento particularmente alarmante. Su inflación interanual alcanzó el 25,28%, mientras que la acumulada llegó al 8,81% y la mensual al 3,81%, las más altas desde 2009. En particular, los alimentos registraron una inflación de 20,58%, con un aumento mensual del 2,99% y acumulado del 7,07%, reflejando una fuerte presión sobre la canasta básica familiar.

Entre los factores que alimentan esta inflación se identifican la falta de dólares, el tipo de cambio elevado en el mercado paralelo, escasez de carburantes, contrabando a la inversa, agio, especulación, fenómenos climatológicos, incertidumbre económica y política, y una mayor masa monetaria circulante. Estas variables han distorsionado el mercado y generado un escenario de inflación costosa, difícil de contener sin medidas estructurales.

Las políticas de corto plazo no han logrado frenar este avance inflacionario. Sin un abastecimiento adecuado de divisas al sector productivo y comercial, difícilmente se podrá contener el alza de precios. Sectores como el de la salud ya han expresado que, pese a contar con beneficios arancelarios para importar insumos, enfrentan serios obstáculos por la falta de dólares, lo que genera desabastecimiento y encarece aún más productos clave.

La situación exige decisiones urgentes y efectivas. Mientras persista esta escasez de divisas y no se corrija el desequilibrio macroeconómico, los bolivianos seguirán enfrentando precios cada vez más altos, deteriorando su poder adquisitivo y su calidad de vida.

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