El analista Cristian Sánchez afirmó que el tiroteo registrado en Chapare el pasado 27 de octubre podría estar vinculado a un intento fallido de ejecutar una orden de aprehensión contra el expresidente Evo Morales. Esta hipótesis surge tras conocerse que el Ministerio Público de Tarija emitió una orden de captura nueve días antes del incidente, en el marco de un caso por trata y tráfico de personas.
¿Un operativo fallido?
“Si concatenamos los hechos, podemos plantear la posibilidad de que la Policía intentara ejecutar la aprehensión, pero algo salió mal durante el operativo en Chapare”, señaló Sánchez en una entrevista para Asuntos Centrales. Sin embargo, aclaró que las autoridades aún no han ofrecido información oficial que confirme esta versión de los hechos.
La orden de aprehensión fue emitida luego de que Morales no se presentara a declarar en un caso de alta relevancia social. Según Sánchez, el retraso en la ejecución de esta orden podría deberse a motivos políticos o falta de coordinación entre las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley.
Un caso envuelto en dudas
El analista criticó la aparente lentitud en el cumplimiento del mandamiento de aprehensión. “Si fuera cualquier ciudadano, la orden se ejecutaría de inmediato. Aquí parece haber intereses que frenan el accionar de las autoridades”, expresó. Asimismo, cuestionó que Morales haya proporcionado un domicilio ambiguo, lo que incrementa el riesgo de fuga.
El delito de trata y tráfico de personas, en el que se vincula al exmandatario, conlleva penas severas en Bolivia, pero Sánchez llamó la atención sobre la ausencia de cargos por estupro, pese a que este delito también fue mencionado en el caso.
Las implicaciones del tiroteo
El incidente en Chapare, donde un grupo armado disparó contra un vehículo de Morales, sigue rodeado de incógnitas. Mientras las autoridades investigan, Sánchez insiste en que la hipótesis de un operativo fallido no debe descartarse. “Es posible que el tiroteo esté relacionado con la ejecución de la orden, pero que algo no salió como se planeó”, manifestó.
El caso pone en el centro del debate la efectividad de las instituciones bolivianas para aplicar la justicia sin favoritismos ni intereses políticos. “La Policía y el Ministerio Público deben demostrar que en Bolivia nadie está por encima de la ley”, concluyó Sánchez.
La sociedad sigue expectante ante las acciones de las autoridades, mientras el caso continúa generando interrogantes sobre el alcance de la justicia en el país y el papel que juega la figura de Morales en este complejo panorama.