La selección boliviana de fútbol permanece retenida en Venezuela desde la madrugada del sábado, luego de que las autoridades aeroportuarias de ese país negaran la autorización para el despegue del vuelo chárter que debía retornar a la delegación a Bolivia.
El vuelo estaba previsto para la medianoche del viernes, pero hasta las 02:00 de este sábado no se había logrado resolver la situación, lo que obligó a los jugadores y cuerpo técnico a regresar a su hotel en Maturín. La Federación Boliviana de Fútbol confirmó que todos los permisos estaban en regla, pero no recibió explicación oficial sobre la negativa.
La molestia en el equipo nacional es evidente. El director técnico, Óscar Villegas, sugirió que la situación no fue fortuita: “Está claro que quieren que nos vaya mal”, afirmó. Por su parte, el encargado de logística, Harold Howard, denunció que el argumento del “tráfico aéreo” carece de sustento: “Solo había dos aviones en pista”, indicó.
El retraso en el viaje de regreso complica la planificación del equipo, que tenía previsto entrenar este sábado en La Paz para preparar el crucial partido frente a Chile, programado para el martes. La derrota ante Venezuela por 2-0 dejó a la Verde en una posición delicada en la tabla y cualquier contratiempo logístico repercute directamente en el rendimiento del plantel.
Desde sectores diplomáticos se realizaron gestiones para facilitar la salida, pero ni siquiera la intervención del embajador boliviano en Caracas logró destrabar la situación. Mientras tanto, crecen las sospechas de un posible intento de desgaste a Bolivia, su competidor directo por el cupo al repechaje.
El incidente se suma al cambio repentino de la fecha del partido —movido del jueves al viernes— lo que refuerza las conjeturas sobre una maniobra para desestabilizar al conjunto boliviano. La federación aún espera una solución inmediata que permita retomar el cronograma previo al decisivo encuentro con la Roja.