La Paz, 31 de agosto de 2024 – En una entrevista con Diario Red, el presidente de Bolivia, Luis Arce, se mostró firme en su decisión de no acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver los problemas económicos del país, argumentando que la institución "no entiende cómo funciona cada país". Arce, quien enfrenta una grave crisis económica y un distanciamiento irremediable con su antiguo aliado Evo Morales, señaló que "Evo no le gusta la democracia" y explicó cómo la falta de apoyo del expresidente y sus seguidores en la Asamblea Legislativa ha bloqueado créditos necesarios para equilibrar la economía.
Arce defendió el Modelo Económico Social Comunitario y Productivo que diseñó durante los gobiernos de Morales, pero reconoció que la falta de diversificación económica y la dependencia de hidrocarburos han debilitado el país. “El modelo está bien, pero su práctica no se cuidó”, afirmó, detallando que su gobierno está trabajando en proyectos de industrialización minera y agropecuaria para corregir los errores del pasado.
El presidente también habló sobre la escasez de diésel subvencionado, que ha causado un aumento en la importación del combustible, y mencionó planes para producir biodiésel en Bolivia. Respecto a su distanciamiento con Morales, Arce reveló que las tensiones comenzaron temprano en su gobierno, cuando Morales expresó su descontento con la gestión. La pugna política entre ambos líderes ha generado una profunda división en el Movimiento al Socialismo (MAS), con consecuencias graves para la gobernabilidad y la economía del país.
Finalmente, Arce descartó la posibilidad de acudir al FMI y reiteró su compromiso de buscar nuevas fuentes de financiamiento, incluyendo recursos relacionados con la protección ambiental y la Amazonía.