En Paraguay, la cuenta regresiva hacia la fiesta de San Juan Bautista ya comenzó, y con ella, una de las tradiciones más esperadas: la quema de los “Judas kái”, muñecos confeccionados con trapos y materiales reciclados que representan a personajes impopulares. Este sábado, el Mercado 4 de Asunción —el más grande de la capital— se llenó de color, comida y sátira política en una feria previa a la festividad que se celebra oficialmente el 24 de junio.
Inspirados en la figura bíblica de Judas Iscariote, los paraguayos transforman el descontento social en arte popular. En las últimas semanas, los muñecos que más se venden son aquellos caracterizados como el presidente Santiago Peña y el intendente de Asunción, Óscar Rodríguez. Ambos son los preferidos del público para convertirse en los “traidores” simbólicos que serán arrojados al fuego como acto de catarsis colectiva.
“Prácticamente son los políticos, o (personas) del barrio o que dirigen, que no obró bien, que no obró por su pueblo, por su gente”, explicó a EFE la artesana Carmen Amarilla, de 59 años, quien desde hace una década confecciona estas figuras. Hacer un “Judas kái”, dijo, es una forma de desquitarse con quienes la ciudadanía siente que los han defraudado.
Cada figura puede tardar hasta tres horas en elaborarse y algunas incluso contienen cohetes en su interior, aumentando el dramatismo del momento en que son quemadas. Luis Alberto Flores, de 56 años, ha producido este año unos 20 muñecos, que vende a 100.000 guaraníes cada uno (unos 12,5 dólares).
La festividad de San Juan Ara o Día de San Juan es una de las más tradicionales de Paraguay y se celebra con una mezcla de religiosidad, sátira, gastronomía y juegos populares. En el Mercado 4 no solo se vendieron los “Judas kái”, sino también delicias como el pastel mandi’o (empanada de yuca), la payaguá mascada (torta frita de carne y yuca), y otros platos típicos que son parte esencial de la celebración.
Además de la quema de muñecos, la jornada del 24 de junio y los días aledaños incluyen juegos tradicionales como la pelota tata (pelota de fuego), el toro candil (estructura con astas encendidas que simula una corrida), y el tata pyĩ ári jehasa, una caminata sobre brasas donde, según la creencia popular, solo se quema el que tiene pecado.
La festividad de San Juan coincide con la celebración cristiana de la Natividad de San Juan Bautista y marca el solsticio de invierno en el hemisferio sur. A través del fuego, la sátira y la comida, los paraguayos mantienen viva una tradición ancestral que combina espiritualidad, cultura popular y una dosis de crítica social.