Las micro y pequeñas empresas bolivianas tienen rostro de mujer. Ocho de cada 10 nuevas emprendedoras son mujeres en el sector informal en Bolivia. En contraste, solo 1 de cada 10 gerentes de grandes empresas es mujer. Así lo detectó un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como parte de una investigación sobre los avances y brechas de género que todavía están pendientes en el país para alcanzar la meta de la equidad de género en el plano laboral.
Asuntos Centrales habló con Patricia Choque, Jefa de Mapeo del Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) quien destacó la necesidad de que el país avance hacia la formalización de miles y miles de mujeres que hoy trabajan en el sector informal de la economía sin beneficios sociales y con salarios menores para el sustento de sus familias.
Un avance significativo detectado en las estadísticas oficiales es el mayor número de mujeres que se inscriben a las Universidades y más mujeres egresan como profesionales en Bolivia. Pero “el desafío ahora es que puedan ingresar al mercado laboral en iguales condiciones”, precisó la experta del PNUD.
Casi un 70% de las mujeres gana por debajo del salario mínimo en el mercado informal frente al 55% de los hombres que lo hacen en el mismo sector.
“La economía informal en Bolivia es muy importante para la generación de ingresos de las familias. Casi 8 de cada 10 líderes de microemprendimientos son mujeres en la economía informal”, afirmó Choque.
“Las mujeres están generando autoempleo en negocios de gastronomía y comercio que, por supuesto, no son estables ni conllevan beneficios sociales, como son los casos de puestos en las calles y las vendedoras ambulantes”, explicó.
“Las mujeres están generando sus propios ingresos en situaciones económica de mucha vulnerabilidad”, alertó Choque.
El Estado debe, en este contexto, ayudar a fortalecer las capacidades laborales de estas mujeres a fin de que puedan mejorar sus condiciones laborales y su acceso a recursos financieros y digitales, indicó la responsable del estudio.
No pasa lo mismo, paradójicamente, en el sector formal de la economía, donde solo 1 de cada 10 gerentes de las grandes empresas y 1 de cada 8 directores de pequeñas y medianas empresas son mujeres. “Allí hay más estabilidad y mejores beneficios sociales, pero hay menos mujeres participando en mandos directivos”, alertó Choque.
Según los datos de la encuesta de hogares 2021 (INE), la brecha por ingresos laborales en el país alcanza un 22.2% en desmedro de las mujeres.
A esta realidad se suma que ocho de cada diez mujeres trabajan en el sector informal (Caracterización de mujeres cuentapropistas informales en Bolivia, OIT).
Las mujeres destinan en promedio 6 horas al trabajo doméstico y de cuidado, el doble que los hombres (CEDLA 2023).
Así mismo, solo el 13% de puestos directivos de Cámaras Empresariales Nacionales son asumidos por mujeres (CECI 2024).
“Todavía tenemos brechas de género que son significativas en cuanto a la autonomía económica, la autonomía de la toma de decisiones y la autonomía física de las mujeres en Bolivia”, destacó Choque.
Por ejemplo, “hay avances en materia de acceso a créditos en el sistema financiero con más productos enfocados a las necesidades de las mujeres, sin embargo, la brecha con los hombres continúa en este plano financiero”.
En materia de ingresos, “la brecha de género laboral está entre el 20 y el 25%”, alertó la especialista.
Choque destacó los avances en materia de acceso a la propiedad. “El INRA ha publicado avances, por ejemplo, en materia de titularización de tierras a nombre de las mujeres en el área rural”, indicó.
El PNUD recordó que una de las prioridades centrales en la lucha contra la pobreza en Bolivia es la promoción del empoderamiento económico de las mujeres.
Conscientes de esta particular realidad, una alianza de actores de los ecosistemas empresariales y emprendedores y agencias de cooperación están impulsando, desde noviembre del año pasado, el “Co-laboratorio de soluciones para el empoderamiento económico de las mujeres”. Esta experiencia pionera, impulsada por el Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Centro de Estudios y Cooperación Internacional (CECI), la Fundación Innovación en Empresariado Social (IES), el Instituto de la Mujer y Empresa (IME) y ONU Mujeres, busca generar insumos concretos para enriquecer la formulación de políticas públicas e iniciativas desde el sector privado, público y sociedad civil para acortar las brechas de género en los ecosistemas empresariales y emprendedores.
El Co-laboratorio de soluciones quiere acelerar la reducción de las brechas de género enfocándose en la autonomía económica, física y de toma de decisiones de las mujeres, a través de un mapeo de brechas, un mapeo de soluciones y un mapeo de oportunidades. Las barreras que dificultan a las mujeres ejercer sus autonomías, deben considerarse desde un enfoque integral y con una perspectiva estratégica, orientada a la generación de evidencia, e innovación como catalizadores de cambios importantes para acelerar el cierre de brechas, mejorando la vida de niñas y mujeres y garantizando un Desarrollo Sostenible y equitativo en el marco de la Agenda 2030 para el logro de los ODS.
Hasta ahora se han sumado a esta iniciativa otros aliados como y el Servicio Plurinacional de la Mujer y la Despatriarcalización (SEPMUD), la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de la Información y Comunicación (AGETIC), la Cámara Nacional de Industrias (CNI), la Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia desde su filial La Paz (CAMEBOL La Paz), la Fundación Iguales, el Grupo Nueva Economía, Pacto Global Red Bolivia y el Women Economic Forum (WEF).
El Co-laboratorio de soluciones invita a que actores del ecosistema empresarial, instituciones privadas, públicas y de la sociedad civil compartan, a partir de su enfoque innovador, soluciones que puedan generar transformaciones significativas para las mujeres bolivianas, actoras económicas fundamentales del país, explicó el PNUD.