El día de una elección o referéndum es un día de prueba que se prepara con años de anticipación. En el caso de una elección general para Presidente, Vicepresidente y Asamblea Legislativa, la presión llega a su máximo. Todos los detalles deben estar tan meticulosamente planificados, ensayados, delegados, que nada puede fallar, porque una mínima falla puede desencadenar reacciones con consecuencias imprevisibles. Analicemos el actual proceso siguiendo la nomenclatura de riesgos electorales de IDEA internacional, institución especializada en procesos electorales en el mundo.
Riesgo jurídico e institucional
En el caso de Bolivia, las decisiones del Tribunal Supremo Electoral, en materia electoral, son de cumplimiento obligatorio, inapelables e irrevisables, excepto en los asuntos que correspondan al ámbito de la jurisdicción y competencia del Tribunal Constitucional Plurinacional (Ley 018. Art.11-II). Es decir, es una máxima autoridad, tanto en lo organizativo como en la justicia electoral, excepto cuando interviene el TCP. Y esa intervención ha restringido el campo de acción del OEP, la Sentencia Constitucional N° 0084/2017, que interpretaba que la reelección indefinida era un derecho humano. Las elecciones judiciales 2025, igualmente tuvieron muchas interferencias de las Salas Constitucionales. El riesgo judicial solo puede contrarrestarse con la voluntad política y compromiso del órgano Judicial de no interferir el calendario electoral.
Riesgo de actos problemáticos durante la jornada electoral
Existe el riesgo por amenazas de interrumpir los procesos electorales mediante la coacción. Para contrarrestar estas amenazas: “Durante el día de la elección, el OEP asume el mando de la fuerza pública desplegada para garantizar la seguridad en todos los recintos y Tribunales Electorales” (Ley 026 art. 148). Conocidos los riesgos, la fuerza del Estado, con la policía y ejército, debe intervenir para garantizar la seguridad. El ejército y la policía coordinan planes de seguridad por zonas.
La cadena de custodia es un tema esencial para el resguardo del material electoral, tanto en su distribución los días previos a las elecciones, como a la recogida del material electoral para realizar el cómputo.
Riesgo en la verificación de resultados
La mejor medida contra este riesgo es la transmisión rápida de actas, actualmente llamada SIREPRE, debería permitir ver los resultados en tiempo real cotejando las actas con los resultados transmitidos. Una rápida transmisión alivia las tensiones preelectorales y permite a los ciudadanos realizar el seguimiento a los resultados de manera transparente. No es adecuada una transmisión solamente de cifras que pueden ser susceptibles a errores de transcripción. Cada acta en imagen debe ser transmitida, mostrando transparencia.
Otros riesgos
Haciendo un balance se encuentra que otros factores en Bolivia, no son riesgos, sino más bien fortalezas. Por ejemplo, la planificación e implementación de las actividades electorales ya forman una tradición de participación democrática. En las localidades rurales, más que en las urbanas, con disciplina, los seis jurados se presentan a cumplir su compromiso. El grado de formación y educación también es una fortaleza porque al tener elecciones seguidas, hay una educación de la ciudadanía para la democracia.
En cuanto al Registro de candidatos, en este proceso, se evidencian vacíos legales que permiten la inscripción de listas incompletas y sustituciones de último momento que podrían desestabilizar el proceso.
Las campañas electorales son incontrolables porque salieron del ámbito público de los medios de comunicación al ámbito privado y viral de la comunicación en red, que es impredecible y a la vez susceptible de noticias falsas y manipulaciones con la creación de miles de mensajes transmitidos automáticamente.
La pérdida de la hegemonía y legitimidad del partido de gobierno MAS, que se dividió en varios frentes, se contrapone a la variedad de opciones partidarias de oposición. Como factores interesantes, están las misiones de observación nacionales, que se suman a las misiones de observación internacionales.
En los hechos, los ciudadanos como jurados o votantes, seremos los cuidantes y garantes del ejercicio de la democracia. Bolivia lo merece, para honrar el pedido de Antonio José de Sucre “de conservar por entre todos los peligros la Independencia de Bolivia”.